lunes, 27 de agosto de 2007

Un calígrafo en la tour Eiffel

El enigma de París

Pablo de Santis

Es grato, pero también difícil escribir sobre un escritor que tanto aprecio (aunque sólo lo conozco a través de su obra). Pablo de Santis adquirió cierta popularidad con «El calígrafo de Voltaire», a mi juicio la más interesante de todas sus novelas, y ahora irrumpe en las librerías con «El enigma de París», premio Planeta-Casamérica de narrativa iberoamericana 2007 (verbigratia doscientos mil dólares).

Se trata de una intriga policial en torno a Los Doce Detectives, un grupo de míticos investigadores de diferentes nacionalidades que se reúnen en París en mayo de 1889, con motivo de la Exposición Universal, una muestra de todo lo que valía la pena ver (para la cual se construyó la Tour Eiffel). Allí deben resolver, además, una serie de crímenes.

La novela presenta algunas debilidades. En primer lugar, doce detectives parecen demasiados para la trama, y con el transcurso de las página se hace evidente que, en efecto, es así. Este grupo supernumerario causa problemas a De Santis, quien no es un gran creador de personajes. Todos aquellos que habitan sus páginas se parecen (probablemente a él), y en sus escenas se tiene la sensación de que los protagonistas se mueven de a uno por vez, como marionetas sin vida que el propio autor anima.

Es un acierto, en cambio, la forma en que De Santis presenta a sus detectives como una estirpe que ha quedado huérfana, sin bando en un mundo polarizado entre positivismo y esoterismo. Estos investigadores son los representantes máximos del pensamiento racional, pero a la vez son conscientes de que su arte, a pesar de apoyarse en la razón, no es tributario de la corriente científica del momento, sino que se alimenta y depende para subsistir, de la oscuridad del misterio. Como último recurso para no desaparecer, pretenden unirse a la fiesta y mostrar sus instrumentos en la Exposición Universal.
En este marco el autor convoca varios elementos de gran simbolismo: La Exposición Universal, Los Detectives, la Tour Eiffel (verdadero zigurat), la propia ciudad de París, que algunos años atrás había sido modificada profundamente por la construcción de los grandes bulevares. Sin embargo, ninguno de ellos puede florecer y conectarse con los otros, todos ahogados por la estructura de la narración que anida una sucesión incontinente de casos policiales contados por los detectives a modo de «Decamerón», «Manuscrito hallado en Zaragoza» o incluso «Las mil y una noches».
Tampoco está logrado el rico ambiente de París de la época, ni el del Río de la Plata, donde transcurre todo el primer acto.
Pero a pesar de la estructura mencionada, la novela transita una gran modernidad, y por allí viene lo más atrayente que ofrece. Lo mejor de la obra son algunas reflexiones filosóficas de corte existencial que algún personaje (cualquiera, todos se parecen) deja como de pasada, de un modo casi aforístico. Lo mejor de lo mejor, es que De Santis no se detiene a explicarlos, sólo los desgrana. Así, se transforman en lo más estimulante de una novela que tiene, además, la enorme virtud de ser divertida, y al final, hasta bella.
Uno de los personajes tiene la manía de escribir las paredes de su casa con aquellas frases literarias que, según él, son la esencia de un libro. Después, el libro es destruido. La idea de que todo un libro es un conjunto de páginas y párrafos cuya única finalidad es resguardar una única frase, es sugerente, hasta romántica. Y guarda relación con el estilo del propio De Santis, proclive –al menos eso parece– a partir de una idea intelectualmente estimulante, y armar una escena alrededor de ella. Así parecen creados muchos de los capítulos de «El enigma de París»: como la justificación para decir ciertas palabras, antes que como elementos siempre funcionales a la trama.
Sin embargo, de la mano de este hallazgo de la casa-libro, nuestro querido autor comete el exceso de insertar en sus páginas un poema. Para peor escrito en otra lengua. Incluye, además, una traducción del mismo. Y, víctima total de la tentación, lo explica.
De Santis sabe qué puede hacer y qué no. Sabe que no es un escritor plástico sino retórico y todas sus obras transcurren contadas de una forma u otra por un personaje. No hay acción, ni intensidad; pero sí hay mucha tensión. Sólo se trata de alguien que se sienta a contar un cuento. Y esto, en última instancia terminaría justificando lo plano de la novela. Creo que cuando Pablo de Santis desarrolle la creación de personajes atractivos, toda su obra va a ganar en solidez y consideración literaria.
Aunque la obra no llega a la altura de «El calígrafo de Voltaire», ni «La sexta lámpara» (lecturas que recomiendo) es de una lectura placentera, con resonancias borgianas, pero muy influenciada por Alejandro Dolina, en su carácter de locutor más que de escritor. Porque hay algo en lo que De Santis aventaja a Dolina como escritor, y es en su despreocupación de trascendencia. Dolina aparece siempre demasiado pendiente de la posteridad. De Santis, cuenta su cuento y se va para su casa (donde tiene ahora un dinerillo que gastar).
En los días que vienen irán apareciendo en los estantes las otras novelas finalistas de este Premio Planeta-Casamérica, las novelas superadas por «El enigma…»; quizás iremos leyendo alguna. Sería bueno, eso sí, que no contengan como paratexto más de esas frases vacías y trilladas, obra de figurantes convocados para dar realce a la publicación. "Esta es una estupenda novela de intrigas, pero también es todas las novelas de intrigas.” (sí, esto puede leerse en la contratapa, y se supone que quiere decir algo).

8 comentarios:

  1. Alguien tiene algún día que escribir sobre ese atentado a la literatura llamado "contratapa". También los prólogos, cuando no son de borges a bioy. Sobre todo los prólogos de eruditos españoles sobre novelistas ingleses, o así. Una vez uno me quería convencer que Nietzche en realidad no era anti-cristiano. Lo juro.

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  2. Tienes razon en varios aspectos, pero creo que la construcciòn de personajes es el talon de aquiles de esta, que sin duda no es lo mejor escrito por De Santis, que me parece no ha superado aun Filosofia y letras..., el premio le viene bien en cuanto a publicidad, pero y nada màs, siento que quien no lea esta novela no se pierde de nada...

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  3. «Filosofía y Letras» es la novela de Pablo de Santis a la que más cariño tengo. De todas formas, las dos que recomiendo en el post son mejores.

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  4. Gracias por tus recomendaciones de oros libros de De Santos en mi blog. Me alegro que las hays hecho, pues es un autor que yo personalmente no hubiera leído más. Si bien no me disgustó, te confieso que lo del premio me sorprendió mucho. La finalista ("El susurro de la mujer ballena") me parece una obra que merecía haber ganado por encima de "El enigma...", pero así son los premios. Imagino que debe estar vendiéndose muchísimo, pues esta entrada es la que tiene más visitas en mi blog.

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  5. Yo coincido bastante con tu mirada aunque me parece que la novela me gustó muchísimo menos que a vos. La verdad que no me gustó casi nada, con decir que El calígrafo de Voltaire me parece mejor cuando es una novela a la que también le encuentro bastantes fallas es ya decir demasiado! Evidentemente De Santis no es un autor de mi preferencia.
    Como anécdota te cuento que leí esta novela por una alumna particular que tenía que realizar un trabajo sobre ella y uno de los puntos era escribir un texto de opinión coincidiendo o refutando tu propio texto! y como me gustó mucho tu reseña googlié a ver si tenías blog! Me alegra que así sea.

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  6. Qué interesante, Pabela!
    Me gustaría conocer cuál fue, finalmente, la opinión de su alumna.
    Aliéntela a compartir ese texto.
    Siento una linda curiosidad al respecto.
    Gracias por compartir esta anécdota.

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  7. Pues zeta el texto lo tengo porque lo fuimos armando en mi portátil y luego lo imprimió acá en casa. Igual debo aclararte que finalmente el punto pedía escribir un texto de opinión refutando los puntos en los que ella no estaba de acuerdo contigo, lo cual nos hizo gracia pues la profesora supuso de entrada que adoraría el libro! jaja asique los puntos que finalmente ella refutó fueron realmente inventados para cumplir la consigna. Si gustas te envio el texto por algún medio (mail- pegado aquí-etc) Gracias!!

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  8. Vaya. Qué habrá llevado a la profe a pensar eso.
    Si quieres pegarlo aquí, estaría bueno. Pero si no, me lo puedes mandar por mail a :

    jmcastellonese@gmail.com

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