I
Aletargado en la penumbra dolorosa
de un sinfín de recuerdos sepultados
escucho los latidos silenciados
por una voluntad más poderosa,
apenas tenues ecos olvidados
de un sinfín de recuerdos sepultados
escucho los latidos silenciados
por una voluntad más poderosa,
apenas tenues ecos olvidados
arañando las paredes cavernosas
que impías izaron victoriosas
las potencias de seres degradados.
Pues, hoy esas memorias testimonian,
acuñadas por diez mil generaciones,
contadas en relatos y canciones,
celebradas en oscuras ceremonias,
dibujadas y escondidas en blasones,
espíritu inmortal de mil historias,
la existencia de entidades en las fobias
que subyacen en nuestros corazones.
Desde la esquina más lejana del estudio
dónde el Bóreas anima los tapices,
llega el cantar de las adoratrices
vuelto a la vida en este plenilunio
entonado en lúgubres matices,
prologando amargos infortunios,
vibrando atenazados en sus puños
notas oscuras y bemoles grises.
Son suspiros, tal vez. Acaso estrofas.
Son frases y caprichos sin sentido
nacidos en desmayos escogidos,
ahijados por la sombra de una sombra.
¿No surgen de rincones sustraídos
al fútil resplandor de las farolas?
¿No elevan estos ruidos negras olas?
¿No erizan misteriosos calofríos?
En noches como ésta me descubro
tentado a escudriñar en los misterios,
laberínticas razones que milenios
no han develado a nuestros ojos turbios.
Los días fatigados por el tedio
en vano intentan escalar los muros
que guardan los arcanos más oscuros.
Largas noches arremeten contra ellos.
¿Y no existen acaso los fantasmas
que creo descubrir en los rincones,
que delatan mis miedos y temores,
que dibujo entre las formas de la flama?
Me estremezco al sospechar que estos terrores
al igual que otros amores de mi alma
no son sino un reflejo sobre el agua,
¡no son más que vanas ilusiones!
II
Hoy nacen en mi mente
recuerdos que los textos olvidaron,
historias imposibles,
heroicas epopeyas que dejaron
una huella grabada en ningún sitio.
Repúblicas que nunca se forjaron;
Gloriosos epitafios en granito.
Recreo el universo en mi conciencia,
arte, religión, historia, ciencia,
red inefable urdida sobre el tiempo
De nudos y mentiras,
de glorias y tormentos.
Antiguas ascendencias escondidas
en céfiras regiones hiperbóreas,
o en áridos vergeles primordiales;
invasores que fueron conquistados,
conquistadores con espadas rotas
doblegados en las tierras más ignotas
por indios que no fueron derrotados.
Sí; ya todo es posible;
si es que todo es ilusión forjada en mí
por ubicuos sentidos,
no concibo distinción más baladí
que aquella empecinada por los sabios
entre fantasmas y lamias que no vi,
y verdades contadas por sus labios.
Tan sólo imágenes en mi conciencia;
la única expresión de una existencia
caprichosa y real, tarda y briosa,
íntimo germen de horas infinitas
que barre las murallas temblorosas,
llena de luz el aire de la cripta,
perfuma una visión desempolvada
y exime un ánima hasta ayer contrita.
Sentencia el códice una traza impura:
«Sean los sentidos representaciones,
excusas para nuestras emociones,
que nos resguarden contra la locura».
III
Se deslizan los velos,
la realidad estalla.
Calla la verdad; se abren los cielos.
Me sumerjo en blanca luz
mas no se altera
la penumbra de la sala.
Gala de razones y sentidos;
llano e incontestable entendimiento.
Tiembla en su cimbra desde los cimientos
La dudosa realidad de lo vivido.
A la infinita malla
dócil me incorporo,
y extático contemplo sin asombro
que en lo más profundo de mi alma
no hay secretos,
no hay escombros
sepultando preceptos escondidos.
¡Ay! Deliciosa y singular sapiencia
que bien desdeñas por innecesarias
vanas preguntas, entestada ciencia.
IV
La claridad remite;
regresa a las esferas superiores
su errática belleza.
No intento retenerla con razones,
vibra en mí su espléndida presencia,
suenan en mis oídos sus canciones.
¡No me abandones exquisita ciencia!
¿Cómo contar que todo es tan sencillo?
Me dejará esta luz acaso un brillo,
un destello, un reflejo, una promesa
para evocarla un día
desde la oscura brea,
y saber que a pesar de que me engañen
ilusiones, mentiras o apariencias,
me confundan absurdos sinsentidos
o me agobien preguntas sin respuesta
existe una verdad que he conocido
no es azar inconexo lo vivido
y el Supremo bien sabe a lo que juega.
que impías izaron victoriosas
las potencias de seres degradados.
Pues, hoy esas memorias testimonian,
acuñadas por diez mil generaciones,
contadas en relatos y canciones,
celebradas en oscuras ceremonias,
dibujadas y escondidas en blasones,
espíritu inmortal de mil historias,
la existencia de entidades en las fobias
que subyacen en nuestros corazones.
Desde la esquina más lejana del estudio
dónde el Bóreas anima los tapices,
llega el cantar de las adoratrices
vuelto a la vida en este plenilunio
entonado en lúgubres matices,
prologando amargos infortunios,
vibrando atenazados en sus puños
notas oscuras y bemoles grises.
Son suspiros, tal vez. Acaso estrofas.
Son frases y caprichos sin sentido
nacidos en desmayos escogidos,
ahijados por la sombra de una sombra.
¿No surgen de rincones sustraídos
al fútil resplandor de las farolas?
¿No elevan estos ruidos negras olas?
¿No erizan misteriosos calofríos?
En noches como ésta me descubro
tentado a escudriñar en los misterios,
laberínticas razones que milenios
no han develado a nuestros ojos turbios.
Los días fatigados por el tedio
en vano intentan escalar los muros
que guardan los arcanos más oscuros.
Largas noches arremeten contra ellos.
¿Y no existen acaso los fantasmas
que creo descubrir en los rincones,
que delatan mis miedos y temores,
que dibujo entre las formas de la flama?
Me estremezco al sospechar que estos terrores
al igual que otros amores de mi alma
no son sino un reflejo sobre el agua,
¡no son más que vanas ilusiones!
II
Hoy nacen en mi mente
recuerdos que los textos olvidaron,
historias imposibles,
heroicas epopeyas que dejaron
una huella grabada en ningún sitio.
Repúblicas que nunca se forjaron;
Gloriosos epitafios en granito.
Recreo el universo en mi conciencia,
arte, religión, historia, ciencia,
red inefable urdida sobre el tiempo
De nudos y mentiras,
de glorias y tormentos.
Antiguas ascendencias escondidas
en céfiras regiones hiperbóreas,
o en áridos vergeles primordiales;
invasores que fueron conquistados,
conquistadores con espadas rotas
doblegados en las tierras más ignotas
por indios que no fueron derrotados.
Sí; ya todo es posible;
si es que todo es ilusión forjada en mí
por ubicuos sentidos,
no concibo distinción más baladí
que aquella empecinada por los sabios
entre fantasmas y lamias que no vi,
y verdades contadas por sus labios.
Tan sólo imágenes en mi conciencia;
la única expresión de una existencia
caprichosa y real, tarda y briosa,
íntimo germen de horas infinitas
que barre las murallas temblorosas,
llena de luz el aire de la cripta,
perfuma una visión desempolvada
y exime un ánima hasta ayer contrita.
Sentencia el códice una traza impura:
«Sean los sentidos representaciones,
excusas para nuestras emociones,
que nos resguarden contra la locura».
III
Se deslizan los velos,
la realidad estalla.
Calla la verdad; se abren los cielos.
Me sumerjo en blanca luz
mas no se altera
la penumbra de la sala.
Gala de razones y sentidos;
llano e incontestable entendimiento.
Tiembla en su cimbra desde los cimientos
La dudosa realidad de lo vivido.
A la infinita malla
dócil me incorporo,
y extático contemplo sin asombro
que en lo más profundo de mi alma
no hay secretos,
no hay escombros
sepultando preceptos escondidos.
¡Ay! Deliciosa y singular sapiencia
que bien desdeñas por innecesarias
vanas preguntas, entestada ciencia.
IV
La claridad remite;
regresa a las esferas superiores
su errática belleza.
No intento retenerla con razones,
vibra en mí su espléndida presencia,
suenan en mis oídos sus canciones.
¡No me abandones exquisita ciencia!
¿Cómo contar que todo es tan sencillo?
Me dejará esta luz acaso un brillo,
un destello, un reflejo, una promesa
para evocarla un día
desde la oscura brea,
y saber que a pesar de que me engañen
ilusiones, mentiras o apariencias,
me confundan absurdos sinsentidos
o me agobien preguntas sin respuesta
existe una verdad que he conocido
no es azar inconexo lo vivido
y el Supremo bien sabe a lo que juega.
Dedicado a mi amigo personal, don Juan Zorrilla de San Martín. Que es un tipo que no me cae muy bien, pero que me entretuvo mucho hace ya unos cuantos años.
ResponderEliminarMa-ra-vi-llo-so.
ResponderEliminarSe me puso la pielcita de gallina... pero pollo - pollo!!!
ResponderEliminarTengo que releerla al menos 100 veces más... pero me encantó!!!
Ahhh roñosa envidia!!! Como quisiera escribir así!!!
Zeta, usted se supera cada día!!! Y como lo vuelva a escuchar decir cierta cosa que siempre me dice, lo voy a sacar volando...!!! Esto es disfrutar de un buen texto, paladear cada palabra, saborear una poesía...
Me saco el sombrero ante ud. mi querido... como siempre digo es exquisitamente brillante!!!
Recién llego a la ofi... (11 a.m.)
ResponderEliminarAcabo de releer esto y así despierta, me sigue pareciendo espléndido...
(Turno de psiq. y psicol. 12/08... ya veo que me dejan encerrada... :-P)
Gracias sokón, gracias cherry.
ResponderEliminarA propósito de Zorrilla de San Martín, tiene algunos versos que me conmovieron mucho en la adolescencia.
Todo mudo en redor... campos, ciudades...
Todo apenas se agita,
Y, del pecho en las negras soledades,
El patrio corazón ya no palpita.
¡Y un pueblo alienta allí! ¡Y entre esa noche,
Vive en esclavitud un pueblo... y vive!
¿Y es ése el pueblo rudo,
Amamantando ayer por la victoria,
Que batalló frenético y sañudo
Y, al fin, cayó sobre el sangriento escudo,
Envuelto en los girones de su gloria?
¿Y es el que bravo, con robusta mano,
De entre las fauces del león ibero
Arrancó ayer su libertad, que en vano
El coloso oprimió, y entre las ruinas
De la antigua grandeza
Del vencedor del árbitro de Europa,
Levantó la cabeza,
De tempranos laureles circuída
Y con sangre de mártires ungida?
¿Y es la patria de Artigas la que vierte
Lágrimas de despecho,
Teniendo aún sangre que verter, y alienta
Esa vida engendrada por la muerte,
Que sus memorias en baldón convierte,
Y de su mismo oprobio se alimenta?
¡Oh! No, no puede ser. Pueblo, despierta;
Arranca el porvenir de tu pasado:
Levántate valiente,
Levántate á reinar, que de rey tienes
El corazón y la guerrera frente.
Estoy seguro que hoy el 70% de nuestra población no entendería ese fragmento. Miento, no es que no lo entenderían. Le daría mucho trabajo entenderlo y no le darían bola. Le pedirían a alguien que se lo explicara. Unos venderían bases de datos de emails y ofrecerían la explicación por una módica suma. Al final, en Argentina harían Bailando con la Lola Patria, y todos aplaudiríamos embobados.
ResponderEliminarEse fue mi conejo de hoy.
La Leyenda Patria, sokón, está muy grosa. Recuerdo que en una época me la había aprendido íntegra de memoria. (Sip, toda). Capaz que si la empiezo a recitar aún me sale.
ResponderEliminarSin duda me cautivó incluso antes de conocer sus versos, con la anécdota de que perdió un concurso por ser más extensa de lo que el reglamento establecía. No recuerdo ahora quien fue que ganó... pero esa historia me cautivó.
Además, me acuerdo ahora más que hace unos años, en algún acto del 19 de abril, en la escuela, me tocó recitar la parte aquella que decía:
Mirad: del Uruguay, en las espumas
del Uruguay querido
brota un rayo de luz desconocido
que desgarrando el seno de las brumas
atraviesa la noche del olvido.
Semeja el fleco ardiente que corola
a la lejana estrella vespertina
que el sueño de las tardes ilumina.
Es primero un albor
luego una aurora
luego un nimbo de luz en la colina
y seguía un poquito más.
Sabe sokón, el año pasado me maté con bailando por un sueño, pero este año puse cable.
Supongo que en su caso ver Bailando es un acto zen. Dicen que Ryokan jugaba con los mocos.
ResponderEliminarYo lo más que me aprendí fue 'Jacinto Vera' de Liber Falco. Alguna de Borges, que ya he citado. Y otra de Almafuerte. Y capaz capaz que alguna de Quevedo y fragmentitos de Herrera y Reissig gracias al liceo, pero que todavía recuerdo. A lo mejor un par de poemas de Lovecraft, o por lo menos algunas estrofas. Y, digamos, un 60 o 70% de El Cuervo. En total creo que no alcanzan el largo de LLP.
Me admira lo grande que la tiene Z. La memoria.
La memoria es maravillosa.
ResponderEliminarDespués de la credencial, no me pude aprender otro número.
Pero tengo plena memoria de todo lo que me aprendí de chica: algunos romances, poemas, canciones, algunos cuentos y varias actuaciones de les luthiers.
Ud que tiene a Ema, Sokon, aproveche y métale en las mientes cosas importantes. Puede que ahora (ahora es un decir) no las entienda, pero qué bien le van a venir después.
Ahora me dieron ganas de leer la leyenda patria. Yo me quedé sólo con Tabaré. mal yo.
Sobre el post, Zeta, comentario reservado. Cuando saque algo en limpio, le cuento.
Sabe, Circe, el tema de la memoria me fascinó desde que leí las novelas sobre Hannibal Lecter. El personaje utiliza un dispositivo mnemotécnico inventado en el renacimiento que llaman el 'palacio de la memoria'. Se trata de una arquitectura imaginaria, donde uno selecciona y agrega estancia, patios, corredores, etc. y los puebla de sonidos, objetos y decoraciones los cuales a la vez de ser agradables tienen una conección con lo que uno desea recordar.
ResponderEliminarParece que un misionero italiano utilizaba esto en China para convertir al cristianismo.
Otro gran prodigio de la memoria parece que fue Cicerón -no, el chanchito de Porky no, el romano. Aficionada como ud. es a la serie Roma, seguro lo recordará. :-)
Un gran crítico de estas técnicas fue Benito Feijoo, un monje español que trataba de desasnar a los gallegos (no es que fuera en contra del PP, digo por lo de des-asnar) de su tiempo que eran más brutos que los de hoy (dicho con toda propiedad por mi, que soy descendiente de gallegos). Su argumento es: si recordar una cosa me da trabajo, al emplear esta técnica tengo que recordar varias por cada cosa que quiera recordar (p.e. la ubicación, los objetos circundantes, el nexo al recuerdo al cual quiero acceder).
Aunque la promesa es poder recordar todo, como ya demostró Funes con su existencia -o su no existencia- esto no es posible. Sin embargo yo creo que es muy posible que gente con memoria prodigiosa puede 'indexar' sus recuerdos de manera eficiente utilizando esa técnica.
Hay un tratado de Aristóteles por ahí sobre la memoria, pero no describe ninguna técnica.
Lecter usaba, además, su palacio de la memoria para soportar el confinamiento en el hospital psiquiátrico de Baltimore donde estuvo recluído varios años.
Parece que hay varias referencias a esto en la ficción -p.e. Peregrino de la Estrella- y en la realidad -p.e. nuestro Rosencoff. Durante períodos de cautiverio en solitario, la gente suele 'enviar' la mente a otro sitio para no perder la razón.
El psiq. californiano Eric Berne sostenía que uno de las principales apetitos humanos es el de estímulos (y su corolario era que por ello la industria del entretenimiento es de las mejor pagas).
Bueno, ta. Se me acabó la cuerda. Este fue mi conejo de hoy.
Pobre misionero si tenía que contar los chinos. Ni le digo si tenía que reconocerlos luego. Nací y crecí en Jacinto Vera, mi vecina tenía un ranchito de lata por fuera y por dentro de madera; creo que Líber Falco es uno de los mejores poetas uruguayos, por lejos. Ya por el aire navega tu memoria... quién pudiera escribir así.
ResponderEliminarun chino, un puntito.
ResponderEliminarAhora la que vive en Jacinto Vera soy yo.
Esa técnica, sokon, me hizo recordar a la de Horacio en Rayuela, tratando de rescatar algo insignificante en un recuerdo cualquiera.
gran juego.
Vienes por un camino, que mi memoria sabe...
una respiración, un chino (vinculado a su último post)
ResponderEliminarAlgún día me va a tener que recitar el cuervo, sokón.
ResponderEliminarDe Herrera y Reissig ya nos recitó una vez acá. Aún conservo la imagen de una calavera mordiéndole el costado a una mina.
y juro por la selecta
ciencia de tus artimañas
que irá con risas hurañas
hacia tu esplín, cuando muera,
mi galante calavera
a morderte las entrañas
Con respecto a la memoria, el primer nombre que tuvo el poema posteado era, precisamente, Memorias.
En Les Demeures Philosophales (cuya obtención vino a mí con recurrentes insultos por parte de Pelerín), Fulcanelli cuenta de un profesor de historia que por el año 1843 daba clases a militares franceses, en el patio del cuartel de Luis Felipe, por las noches. Les enseñaba sobre los reyes de Francia.
Utilizaba una técnica derivada de la cábala fonética, que tan cara es a los alquimistas.
Dibujaba, por ejemplo, una torre, y en lo alto una antorcha, y abajo, en el suelo, una silla, un cayado y un escabel.
La torre, inmensa, con su antorcha, representaba el faro del mundo: Faramond, el primer rey de los francos salios, y los objetos en el piso: la silla representa el 4, el cayado el 2 y el escabel el 0.
Faramond, primer rey de Francia, año 420.
Clotario era un indolente. Solía pasear su melancolía por su campo rodeado de murallas. Vivía encerrado (clos) en su tierra (terre): Clos terre = Clotaire. Y a los pies de la imagen, tres símbolos reprensentando las cifras del año de su coronación.
San Luis, el último rey Cruzado, adoraba el pulido y el brillo de las piezas de oro recién acuñadas, y dedicaba sus ratos de ocio a fundir viejos luises para obtener otros nuevos: Louis neuf = Louis IX.
Con respecto a los chinos (con respeto a los chinos), jahey, circe, hay algo perverso en ellos. Que sean todos iguales no puede más que responder a una finalidad oscura.
Hace poco vi una película, no recuerdo cual (tengo muy mala memoria), en que el pibe está huyendo y lo estan buscando para limpiarlo, y de pronto en el peor momento aparece en la pantalla de un puesto de vigilancia donde hay dos chinos de guardia. El pelotudo mira justo a la cámara y uno de los chinos codea al otro que estaba medio dormitando, como preguntándole "no es ese, boludo?". Se acerca a la pantalla, mira y responde: ahh, qué sé yo, los occidentales son todos iguales.
Y sigue durmiendo.
Y, sokón, no se deje impresionar por el tamaño de las cosas. Existe alguna legislación universal que propende al equilibrio de todo lo qu es. Si algo es muy grande por fuera, seguramente sea para compensar la pequeñez de lo de adentro.
Hace unos cuantos años compré una enciclopedia del Renacimiento para la compu. La caja era del tamaño de un tomo de enciclopedia impreso. Adentro solo había un cd, y un enorme espacio vacío, mal relleno con cartones.
Además, creo que la miré una o dos veces nomás, la enciclopedia esa.
Z, ud. no quiere estar cerca mio cuando yo recito El Cuervo. :-)
ResponderEliminarPero capaz que me grabo y lo publico en Conejos Raros algún día 20. :-)
La técnica que describe -la que viene de la cábala fonética- es la misma que yo mencionaba, la que se usa dentro del palacio de la memoria. No sabía que provenía de la cábala fonética, pero bien pensado no me sorprende porque quien le enseña la técnica a Lecter es un erudito judío (ver Hannibal Rising, la novela).
Ud. Z, debe conocer el chiste donde un chino se acerca al otro y le dice: 'Maestlo Li ¿pol que occidentale decil que nosotlo lo chino sel todo iguales?' A lo que el otro responde: 'Io no soy el maestlo Li'.
Hombre, me dejó con la espina con esa escena porque la recurdo pero no la película donde la vi. Habrá sido una de Jackie Chan?
Sobre la enciclopedia del renancimiento y las cosas que a uno le interesan, me recordó una frase del Maestro Iruma: "La religión y las artes marciales no pueden ser abarcadas en una sola existencia".
Sabe, sokón, creo que tiene un error de enfoque, ni la religión ni las artes marciales existen para ser abarcadas. Eso las convertiría en fines, y no en medios, como creo yo son.
ResponderEliminarMe estoy dando cuenta que mañana es 20. Cómo pasa el tiempo.
El chiste me lo contó Master, sí, juas.
Por otro lado, la cábala fonética no tiene origen judío. Ni más relación con la kabbalah que alguna similitud permutatoria, sokón.
La cábala fonética (que también es llamada Langue des oiseaux; lo que contiene una referencia clara a Saint-François d'Assise, quizás un nombre cabalístico en sí mismo), es un argot, como la jerigonza, el rosarigasino, el lunfardo. Sólo que más complejo y sin reglas de traducción tan unívocas. O al menos yo no las conozco aún.
ResponderEliminarSabe, Z, yo creo que precisamente lo que ud. dice -que las am y las r no existen para ser abarcadas- es el significado de la frase que cité. Es como algo liberador, contrario al enfoque enciclopedista y la pedagogía 'bancaria'.
ResponderEliminarPero vaya uno a saber. :-)
Habría que preguntarle a Iruma.
Cómo es la pedagogía bancaria, sokón?
ResponderEliminarSospecho que me está tomando el pelo, Z. Igual le contesto, para cultivar mi imagen de ingenuo. Ya sabe: la sed no es nada, la imágen es todo.
ResponderEliminarEn mis épocas de estudiar psicología leí algo de Paulo Freire (que todavía me sigue gustando). Este hombre se refería con ese término a la manera de enseñar donde una persona con autoridad y conocimiento (el profesor) deposita conocimiento en un alumno (o sea, un pibe de pocas luces, por lo de a-lumno). En cambio, Freire -no, Omar no, Paulo- proponía construir un saber mutuo tomando del docente y del estudiante, en un estilo 'solve et coagula'. Me parecía y me parece muy romántico.
Yo imagino, sokón, que todo buen docente debe hacer algo similar. Y no, no le tomo el cabello.
ResponderEliminarAhora que menciona a Omar Freire, me sorprende como anda suelto por las calles...
Mientras el solve et coagula no sea una triste manera en la que el docente saca el cuerpo, fea manera de olvidar que tiene un rol que cumplir, por más canchero que quiera parecer. Me hace pensar un poco en esos padres que quieren ser amigos de sus hijos, lo cual por ahí es muy romántico y está muy lindo, siempre y cuando no se olviden de que ante todo son padres, con todo lo que eso implica. No? Dicho sea al pasar, lo de las pocas luces -harto confirmado en la práctica, le aseguro- es una incorrecta, aunque muy corriente, etimología.
ResponderEliminarAlgún día quizá comprenda (yo) cómo un poema de Zeta abre este abanico en forma de comentarios. Sokon tiene voz de cuervo? A ver el nevermore, a ver.
Ahhh cómo extraño el romanticismo de este blog...
ResponderEliminarJahey, educar es más difícil -creo yo- que transmitir conocimiento. Principalmente porque el conocimiento que uno tiene para transmitir no siempre es el que necesita el que va a recibirlo.
ResponderEliminarEn mi humilde opinión, si un docente trata a un estudiante como a un estúpido, obtiene un estúpido. Si un docente trata a un estudiante como alguien idéntico a él, obtendrá una pequeña cantidades de éxito: los estudiantes que realmente sean como él.
Si un docente se piensa en parte un estudiante, y el estudiante admite tener y se le reconocen su derecho a sentir curiosidad por cosas que no estén en un programa, posiblemente haya una experiencia de aprendizaje signficativa.
O no. No se. Hoy todo es mierda. La otra noche soñé que era el asesino en un slasher de los 70, y asesinaba a mis amigos y rompía los espejos -que no me reflejaban. En el sueño mi principal problema era no ser descubierto cuando me libraba de los cadáveres. No soy una persona confiable para hablar de educación ni de nada. El juez instruye al jurado que no haga caso de todo lo que viene leyendo hasta ahora, y vuelvan a dormir.
El dedo que apunta la luna, es el dedo mayor.
Viene bravo el Chaman
ResponderEliminarBueno, si tenía amigos para matar, y cadáveres de amigos de los cuales deshacerse, no es usted tan mala persona. Igual, sospecho que no es un buen día.
ResponderEliminarYo estoy bastante en contra del sistema educativo en su conjunto. Lamentablemente no se me ocurre (bah, no me he puesto a pensar mucho en eso, lo admito) una alternativa mejor. Pero la actual, destruye o malforma varias áreas del ser humano.
Empezando por lo más básico: inculcar la idea de que las cosas están bien, o están mal; transmitir la idea de que los alumnos -que en el fondo son también seres humanos- pueden rankearse; implantar, a la fuerza, modelos de razonamiento preestablecidos, que de no ser por anomalías de comportamiento conducirían a la degradación de nuestra cultura (sobre este punto, no es condición necesaria para la genialidad ser demente; pero para escapar a todo el enconrsetamiento de la educación, sí, sí hay que ser un poco enfermo mental; es por eso que los genios son... excéntricos con tanta frecuencia).
Y estos son aspectos básicos, que no entran en la especificidad de cada materia curricular.
De cualquier forma, las reglas son esas, y dentro de esas reglas, ni el docente debería olvidar que es el docente, ni el alumno que es el alumno.
No me gusta la enseñanza. Mucho más atractivo me resulta un pequeño grupo de discípulos convocados alrededor de un maestro. O un maestro con un sólo alumno (puede ser alumna??); unos pocos a lo sumo, Jesus-styled.
Sin embargo, todos nosotros sabemos en qué derivan esas cosas...
Cherry, este blog está lleno de romanticismo. Desborda romanticismo por entre los botones de maximizar y cerrar ventana, chorrea por atrás de las scroll-bars. Todos acá nos empeñamos en que no se note y aún así no lo conseguimos. No sé a qué se refiere. Igual, si a su juicio falta alguna cosa aquí, agréguesela mujer, agréguela; lo mismo los demás, que este lugar hace tiempo ya que no es sólo mío.
(Aunque el que manda sigo siendo yo, ok?)
(nahhh)
Jahey, amigo, no comprendo qué es lo que quiere comprender algún día. Quizás algún día lo comprenda (yo).
Supongo, master, que te referís a Chaman y Chirolita. Porque las autoridades de este blog han prohibido hasta nuevo aviso todo tipo de chamanismo (no, ni castaneda se salva).
(lo del dedo y la luna, sokón, o no lo entendí, o es demasiado gratuito)
(en cualquier caso apuntar a la luna con un dedo es absurdo en la mayoría de las circunstancias)
(La luna es grosa. Ahí confluyen, literalmente las miradas de individuos que están muy lejos. Sabe una cosa, nunca lo experimenté, pero si un día me sincronizara con un grupo de personas y todos miráramos la misma luna al mismo tiempo, creo que por un instante todos estaríamos juntos. Tendría algo de teletransportación. Si lo piensa, sokón, es de las pocas cosas que media humanidad puede contemplar simultáneamente -el sol no se puede mirar, hombre!- así que baje ese dedo sokón.
Y sin embargo existen puntos, sobre la geografía terrestre, desde los cuales es imposible mirar la luna junto a mí. A quienes viven allí los siento más extranjeros; casi como chinos.
Le digo más, a veces me dejo convencer por Euclides y Tolomeo, o por Empédocles (el Uno) y estoy seguro de que es el ojo que emite un rayo hacia el objeto observado, y entonces, sé que nuestros rayos están impactando en el mismo punto de la luna y.)
Las categorías que están faltando son, creo, la horizontalidad de jerarquía pero la diferencia de roles.
ResponderEliminarO sea, docente y estudiante son roles distintos. Pero eso no debería implicar que haya una diferente jerarquía ya que un docente sin un estudiante no existe.
En mi humilde opinión de psicópata descompensado.
(Apunte la luna en el zenit con el dedo mayor y ya verá como se resuelve el koan).
Aunque por ahora no tiro rayos con los ojos, desde que veía Mazzinger Z (je, mire, Z, como ud) es una de mis más caras ambiciones.
Z, no se olvide de las estructuras externas, a los docentes y alumnos muchas veces la capacidad de adaptacion a esas estructuras les termina desacomodando las capacidades que ellos tienen para ponerse en el lugar que les corresponde, no olvide la comodidad ante el desaliento de todo lo podrido que los rodea, coincido con usted en los grupos de discipulos y un maestro, tipo la sociedad de los poetas muertos.
ResponderEliminarChaman es el amigo kokon.
Sokon, en su visión hay una división tácita y a ud. lo veo más bien perfilado del bando de los alumnos. Me equivoco? Que la docencia es una experiencia humana es algo que se suele olvidar principalmente en ciencias duras. Por otro lado, docentes sobran, a modo de evidencia, de que la estupidez no es endémica del estudiantado. No? Y sin embargo, le aseguro, cuesta un Perú hacer la gran good will hunting; culpe a la estadística, si quiere.
ResponderEliminarLo que planteás, Zeta, no es la tesis de la cultura (y la educación como una mezcla de parte de y requisito para) como una forma de dominación. Lo del discipulado suena muy lindo, pero a la vista de tantos ejemplos, como dice un amigo, pago por ver.
Qué serían las estructuras externas, mister master?
No se equivoca, Jahey. Tiene razón.
ResponderEliminarA esta hora de la noche -son 0:37 y todavía no empecé algo que tengo que terminar para mañana- me siento diferente del entusiasmo mañanero donde pretendía marcar una línea entre lo que era bueno, y lo que no. Donde pretendía establecer, fundar, defender y amamantar una utopía. Ahora estoy más con lo de Z que dijo que 'las reglas son esas, y dentro de esas reglas, ni el docente debería olvidar que es el docente, ni el alumno que es el alumno'. Y ni siquiera me parecen malas reglas.
Me gustaría tener argumentos para justificarme, pero no tengo. Mis quejas de antes son como las del zorro cuando decía que las uvas del parral estaban verdes.
Soy solamente un colado en esta conversación. :-)
ciencias duras?
ResponderEliminarDocente o alumno integrado a un circulo social;ej dos docentes se reciben en la misma universidad, de la misma materia (historia),
pongamos que son dos personas de caracteristicas similares, misma edad, sexo y misma condicion economica.
Ahora, a uno lo envio a dar clases a una zona residencial, y a otro a una zona carenciada.
Mi pregunta, es posible que ambos se adapten?,si se pueden adaptar, las condiciones son muy diferentes y los precios a pagar tambien a eso me refiero, con extructuras externas.
Mas le digo, si el profesor que fue a la zona residencial, fuera una persona salida de una zona carenciada y vicevesa, otra barrera a superar y por mas que se les brinde la pedagogia en los institutos, para estar preparados, es muy dificil, un camino de largo aprendizaje, mi hermana es docente de Quimica y ha dado clases en publicos y privados, dos mundos muy diferentes, el crisol de estudiantes es asombroso, el desaliento esta presente en ambas partes.
Me refería a ciencias duras por contraposición a ciencias sociales. Comprendido lo del contexto socioeconómicocultural de aprendizaje. Me pregunto si la adaptación que menciona viene, aunque más no sea parcialmente, por el lado del respeto. Suelo creer que la mejor autoridad que puede tener un docente es la que le legitima su maestría (digamos) de la materia que departe. Con respecto al desaliento, a cuál desaliento se refiere? Al de quiénes? He vivido los ambientes público y privado a nivel universitario, y sin duda son mundos diferentes. Mi experiencia, harto sesgada y aplicando ley de grandes números, indica que los alumnos del ambiente privado, en un porcentaje significativo, son sumamente ingratos y más inmaduros en comparación a los del ambiente público. Claro que hay excepciones, y valen mucho la pena.
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