martes, 27 de diciembre de 2011

Azul de Chartres


Mercurio es el fluido que conecta lo de arriba con lo de abajo; Azufre, el omnipresente espíritu de la vida; y el tercer elemento es la Sal: materia base. Hay dibujitos para representar esta tríada. Una de las operaciones principales es activar el Mercurio; hacerlo pasar de un elemento inerte a uno activo, según la perspectiva del trabajo alquímico. Pero Mercurio es el mensajero, el fluido capaz de conectar el cielo y la tierra. ¡El Mensajero debía ser la clave para romper el velo que esconde el arcano mayor! El dios de las fronteras es el vehículo que permite al hombre atisbar del otro lado, asomarse por un momento tras el velo de Maya y contemplar extasiado los engranajes que mantienen el mundo en funcionamiento.

Hay una sola entidad que ha jugado ese rol de acompañar al hombre hasta el otro lado. Esa misma mañana se había dicho en una charla acerca de "Lo sobrenatural en la naturaleza" : Lucifer, el portador de la luz.

Luego, más lúcido saqué otras conjeturas que me devolvieron a la negrura y la confusión. Pero ahora, mi avanzadilla había sido delatada por algo y me habías descubierto, mi Venus. Lo que me hirió de esa tarde, lo único, lo que en verdad me lastimó un Tajo amargo con olas densas de borraja no fue el recuerdo de tu raja sino el ángulo de tu brazo, hubiera cantado el Faqui por los sótanos de la Movida. Lo que me molestó, te decía Grace, fue que te alejaras de la bestia cuando me viste. Apenas. Nada, casi. Actitud de alejamiento, habría escrito Maite. Y, además, que sonreíste con sinceridad al ver que me acercaba.

Los tres, como buenos compañeros de conferencia compartimos banco, vos en medio; compartimos los cigarrillos de Marcus; compartimos la charla de esa tarde que comenzaba a morir. La glorieta. Compartimos la soledad que empezaba a ralear el flujo de paseantes en la plaza . Compartimos todo Grace.

Por fortuna, quien más compartió fue Marcus, que habló y habló y habló. Te hablaba a vos, claro. Pero si no lo hubiera odiado tanto habría acabado queriéndolo. Era mi enemigo natural. Apreciarlo sería motivo de otra charla: “Lo sobrenatural en la pareja”. Porque está claro que somos pareja, Grace, ¿verdad? A esta altura ya deberías tenerlo claro.

9 comentarios:

  1. maravilloso, por el momento estoy sin palabras...

    ResponderEliminar
  2. es buenísimo, z, la invocación a los dioses resulta tan efectiva, no hay duda de que le dieron una voz, creo que por mucho tiempo.

    el tema recurrente entre el 2 y el 3 por lo que interpreto: si hay quien cruza la frontera entre dos, es un tercero.

    es curiosa también una ¿violencia? nueva que no abandona su habitual cautela, como un hachazo que pide permiso.

    ResponderEliminar
  3. Sobre lo primero, ya sabe que éste es un lugar más bien silencioso. A veces se oye, como en el cuarto vecino, la voz de un narrador. O capaz que es un animador, o un anunciante.
    Una radio prendida en algún lado, pasando justo a Sócrates Muniz.

    Con relación a las deidades, es cierto: todo depende de cómo se nombran. La ambrosía es el amor de los humanos. Por su ausencia languideció el Olimpo. La humanidad tenía el poder de destruir a sus dioses. No está claro para qué querría hacerlo.

    Algún escrito utópico de principios del xx o fines de xix, sostiene que Hefesto es el único olímpico que sobrevivió, morando en el fuego de los motores que mueven vuestras máquinas.

    No creo que sea el único. Se habrán alejado a dormitar, con un oído atento a lo que pueda usted decirles desde aquí. Tiene usted una voz escuchable desde lejos. Y tiene cosas que decir, porque es un ser sensible. En el mismo sentido que el acero no lo es.

    Buen año

    ResponderEliminar
  4. bueno, sí, soy un alfeñique de 44 kilos.

    mi manera de hablarle a los dioses no pasa por la literatura, es curioso, me estoy dando cuenta de eso en este momento.

    Aunque eso sería más bien la norma, la tendencia, y en eso tiene Ud. un campo fértil y desierto de humanos.

    Hoy es un gran día. Aunque no saqué el Gordo, porque no le jugué. Hice bien. No salió ni de lejos.

    Es cierto, este es un lugar silencioso, un patio ventilado y desierto, aunque además del murmullo escucho unos motores como llegando de una carretera...

    Feliz año para usted también.

    ResponderEliminar
  5. No me refiero a eso, sino a que las cosas dejan huella en usted. Todas las cosas. Por eso escribe.

    (Lo que no quiere decir que sea empático. Eso no lo sé.)

    ResponderEliminar
  6. no, soy muy refractario, una ostra con antena, una máquina de decepcionar, las cosas que me hace decir.

    ResponderEliminar
  7. Usté es el uno astllr. No es fácil ser el uno, eso lo puedo imaginar; pero bánqueselá.

    ResponderEliminar
  8. los dos tildes simultáneos quedan muy bien.

    ResponderEliminar
  9. una ostra con antena
    me parece de una poesía implacable
    saluses

    ResponderEliminar

Si la curiosité t'amene ici, va-t-en! Il en est temps encore.