viernes, 4 de enero de 2008

Y sin embargo se mueve

Fragmento extraído de la
Pequeña Geografía Mítica del barrio de
El Prado, actualmente ubicado en la ciudad de Montevideo.

El monumento más emblemático de El Prado es la iglesia de la calle Irigoitía. Su impresionante estructura gótica puede verse casi desde cualquier lugar del barrio y por mucho tiempo fue el faro que orientaba a los vecinos en sus marchas. Sin embargo, esta costumbre fue desapareciendo. Parece que su torre no es del todo confiable. Durante décadas ha estado extraviando a los feligreses.

El arquitecto Aquistán Duque, que dedicó su vida al estudio de las construcciones locales, refiere que el edificio fue concebido para dominar su entorno, respetando extraños cánones en su construcción. Según el arquitecto, el emplazamiento de la iglesia, sus proporciones y su orientación, fueron determinados de manera que pudiera verse desde una cantidad muy precisa de lugares. Además, dice el especialista que existen, exactamente, ciento noventa y tres ubicaciones privilegiadas, y si se recorren estas vistas de la iglesia, se acaba contemplando la superficie del templo en su totalidad.

El erudito Racín ha objetado estas afirmaciones con diversos argumentos, y estudios topográficos de El Prado admiten que quizás tenga razón.

Pero los vecinos prefieren creer en la existencia de estos lugares. Afirman, incluso, que en círculos reservados se mantiene la tradición de realizar una sigilosa peregrinación que los recorre en secreto, en vísperas de San Juan.

De cualquier forma, la aclaración de estas cuestiones ha encontrado una barrera infranqueable en el desconocimiento de la ubicación exacta de estos ciento noventa y tres sitios. Aquistán Duque no los ha señalado, ni ha indicado la fuente de la cual recogió esta información. Expertos radiestesistas han intentado determinar estos puntos en más de una oportunidad. Pero, hasta el momento, no lo han conseguido.

A pesar de la importancia de esta construcción, el número de feligreses que acude a la misa es muy bajo. La principal razón de esta escasez es que los parroquianos se pierden, y no pueden llegar al templo.

En efecto, se han constatado asombrosas anomalías en las visiones de la iglesia.

Quienes frecuentan la zona están habituados a que, a la vuelta de una esquina o por detrás de las casas, aparezca siempre su impresionante mole. Sin embargo, el escribano Pesotti lleva registro, en sus libros, de una cantidad de extraños sucesos que sugieren que cada tanto la iglesia es avistada en sitios incorrectos.

El primer caso registrado es el de Eustaquio Mendoza. Su residencia estaba ubicada en un predio contiguo a la capilla. Esta vecindad guiaba a don Eustaquio en las madrugadas brumosas de El Prado, cuando volvía del café.

Así andaba una noche, repitiendo los ecos de las charlas del café, absorto, sin prestar demasiada atención al trayecto, guiándose por el contorno del imponente edificio que emergía de entre las casas y brillaba a la luz de la luna. Caminó cerca de una hora por las calles del barrio y siempre, en todo momento –según se empeñaba en aseverar a su esposa– veía la iglesia a su derecha.

Cuando en mitad de una cuadra se abría, sobre su derecha, un espacio entre árboles y casas, allí estaba la iglesia. Iba hasta la siguiente esquina, giraba procurando enfrentarse al edificio y, cuando podía divisarlo, lo encontraba a la derecha.

Dio varias vueltas a la manzana sin que la situación cambiase. Intentó otros caminos torciendo en cada esquina sin un criterio definido, y sin embargo, jura don Eustaquio que la iglesia estaba ahí, a la derecha.

A pesar de que Eustaquio fue encontrado muy lejos, contemplando la alta silueta del templo con expresión perdida, nadie dio crédito a su relato. Las cotillas prefirieron la versión de la señora de Mendoza, quien sostenía que su esposo, mareado luego de pasar varias horas en el café, había estado caminando en círculos; y que mientras él creía estar dando una vuelta a la manzana, completaba en realidad un gran círculo de varias cuadras alrededor de la iglesia.

Algún tiempo después varios vecinos se atrevieron a admitir que también ellos, en más de una ocasión, habían perdido el rumbo mientras se dirigían a misa.

Se acabó por aceptar que existía alguna anomalía en las apariciones y desapariciones del templo.
Las teorías más recientes, no atribuyen esta irregularidad al edificio, sino a cierta falta de coordinación entre algunos puntos de El Prado y sus correspondientes horizontes.

El propio Aquistán Duque explica cómo a cada lugar le corresponde un horizonte, formado por la línea que limita todo lo que puede verse desde él. Este horizonte podría sustituirse por un gigantesco mural circular que envolviese al observador, sin que el efecto cambiara.

De alguna forma, la dinámica que debe armonizar cada lugar con su correspondiente horizonte está desajustada en El Prado y propende anomalías como las descritas. Para esta teoría, la iglesia, al ser visible desde gran parte del barrio, hace evidente esta carencia, pero no es su causa.

El pensador moderno Francisco Llupes, ha dado a entender que el barrio está experimentando una forma de disociación de su historia. Parte de ésta va quedando atrapada, lentamente, en una dimensión mítica, separándose más y más de la historia asequible.

Este desprendimiento sería el responsable de los pequeños desajustes que a veces se observan en la coordinación de las diferentes partes del barrio.

Pero los poetas de la zona no se resignan a la pérdida del pasado. Para enmendar esta privación han fomentado la idea de una curiosa peregrinación que recorre ciento noventa y tres puntos privilegiados de El Prado, y que si es ejecutada con precisión, puede permitir a los peregrinos el acceso a esta parte del barrio que se ha disociado del resto.

19 comentarios:

  1. Se trata del mito fundacional de la Geografía Mítica de El Prado.
    Curiosamente, un poco de investigación en viejos cajones me ha develado que la primera versión de este mito primo, estaba escrita en francés (al menos el comienzo).
    Vaya aquí ese primer párrafo, ya sea como signo de esnobismo o de curiosidad.

    L’église sur la rue Irigoitía est le monument le plus emblématique du Pré. Sa formidable structure gothique peut être aperçue presque de n'importe quel endroit du quartier. Elle restait depuis longtemps le phare qui guidait les pas des gens des alentours. Cepandant, l’habitude de se guider par ça tourelle a fini par disparaître. Il semble que sa tour n’est pas tout-á-fait confiable. Pendant des décennies elle a trompé les paroisiens.

    Sin llegar a extraviarme, he podido comprobar, sí, en más una ocasión, que la torre aparece, en la lejanía, en una dirección que no pareciera ser la correcta. Pero las perspectivas engañan.

    Y hacer coordinar, en cada momento, el horizonte que corresponde a cada punto del barrio, te la regalo; nada fácil ha de ser.

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  2. hay una vista muy linda de la iglesia desde los accesos viniendo hacia Montevideo como a la altura de la refinería. Desde ahi se ve, saliendo del verde de los arboles, la aguja principal y luego la ladera que sube y la iglesia del cerrito en la punta.

    es una vision muy buena porque junta dos épocas gloriosas de la historia de europa, como si tuvieramos la posibilidad de ver al mismo tiempo a santa sofia y notre dame desde el mismo ojete del mundo.

    a lo mejor eustaquio se confundía y se encontraba con la otra iglesia gótica, de la que no recuerdo el nombre, que está por Larrañaga (tampoco recuerdo el nombre de la de irigoitía, Carmelitas?)

    Estas desorientaciones pasan a menudo no sólo en el prado. En la ciudad no es aconsejable guiarse por coordenadas como izquierda y derecha, ni mucho menos adelante y atrás.

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  3. Tengo el recuerdo de una visión de la iglesia del Cerrito de noche, vista a lo lejos que es espectacular. Durante mucho tiempo pensé que era el recuerdo de un sueño. Y no hace mucho descubrí que no, que es una imagen real y accesible a todos.

    Es una hermosa iglesia. Y la de los Carmelitas (que es la de Irigoitía), también.

    No recuerdo el nombre de la otra, que está cerca del colegio Clara Jackson y tampoco me doy cuenta ahora de qué tan gótica es.

    Pero voy a tener que ir a los accesos a tener esa visión que recomiendas astllr.

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  4. Creo que se llama precisamente clara jackson, creo que es la capilla del colegio.

    Las dos iglesias las podés ver muy facilmente desde los accesos porque en un momento quedan justo en frente tuyo, es imposible no verlas.

    Ahora que pienso debe ser bueno verlas de noche también, creo que las dos están iluminadas. Desde mi antigua casa, un depto alto en Ciudad Vieja, se veia a las carmelitas de una forma muy espectral, como una estalagmita gigante, como una capucha, dios me perdone, del kkk.

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  5. La verdad no vi nada fuera de lo común. A mí todas las personas me parecen hermosas mirandolas más detenidamente. A primera vista las odio a todas, para la segunda puedo llegar a amarlas. Todo depende.
    A qué venía esto?

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  6. el señor llupes será el de la canción de cabrera?

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  7. Es un descendiente lejano, Basilia. Aquel era un militar transformado en calle (un militar de la época en que los militares podían acabar teniendo nombre de calle). Y éste intenta componer cosas que no tienen arreglo.
    De todas formas el especialista en Cabrera es Rodia, que no está. Ha parido.

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  8. JAja, muchas gracias por tu comentario. Me subió mucho el ánimo a pesar de todo, saber que aún hay gente que cree en la identidad propia. Lo que sucede conmigo no es que no encuentre mi identidad, el problema es que ni yo quiero la identidad que tengo que es mounstrosa. No ha habido terapia que me ayude, por lo que tuve que retraerme y convencerme a mí misma de que está todo bien y que soy otro componente activo de la cópula social.
    Muchas gracias por tus observaciones, las tendré en cuenta de veras.
    Te dejo una flor hermano.
    paz!

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  9. Bien Zeta, intentado devolverte la visita mi blog es que aquí estoy. Resultan interesantes tus opiniones "arquitectónicas". Montevideo tiene lugares únicos e irrepetibles y al mismo tiempo te traslada al mundo de una manera tremendamente sutil. Prometo seguir leyéndote.
    Besos
    Sil

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  10. la iglesia del cerrito vista en un atardecer fue una de las cosas más impactantes que recuerdo haber visto en Montevideo,ñl.`ñ

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  11. Coincido con rodia. Al amanecer o atardecer y si hay bruma, mejor.

    La cúpula parece dorada y uno se siente en Estambul, aunque espere el 181.

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  12. Está bastante salada, sí, la Iglesia del Cerrito. Ya cosechó dos comparaciones con Santa Sofía, y dos recuerdos de visiones de ensueño. No sé cómo es por dentro; no he entrado jamás (al menos que recuerde).

    En general las iglesias tinen una fascinación especial para mí. No se me ocurre ningún otro tipo de edificio que me despierte algo similar. Los teatros, cuando son viejos, tienen algo sobrenatural. Pero en su interior, y en pasillos no públicos, tras babalinas, jamás en la sala (los cines no; no tienen un mundo oculto detrás).

    Las iglesias, sin embargo, ya me cautivan desde lejos. Me vuelven a encantar ante las Puertas y los decorados exteriores. Y, a veces, también en su interior.

    Está claro que son empresas ambiciosas: están levantadas para recibir a Dios, y acogerlo en su arquitectura. Suelen seguir, para eso, preceptos sumamente concretos en su construcción, desde el trazado de la planta (supongo que la del Cerrito es de planta central, y la de los Carmelitas una basílica de tres naves).

    Para muchos estudiosos de la Cristiandad, las iglesias roánicas son las que más respetan el simbolismo verdadero, capaz de hacer entrar en contacto el alma del hombre con el universo supraindividual. El románico fue difundido, con ese fin, por San Bernardo de Claraval -creo- fundador de la orden benedictina cisterciense (los monjes blancos, por diferencia a los benedictinos negros, que son los más antiguos, y los de la abadía aquella sobre la que Adso de Melk prefirió callar el nombre, cubriéndolo con un piadoso manto de silencio).

    En general, me parece que la gente prefiere, hoy en día, las iglesias góticas, supongo que en gran medida gracias a la fama que han conseguido a partir de interpretaciones estrafalarias de su simbología (pienso aquí en El misterio de las catedrales de alguien que se hizo llamar Fulcanelli).

    Para mí (que no sé mucho de arquitectura, lo advierto) el gótico es la primera irrupción del modernismo en la arquitectura sacra. Y me parece mucho más Moderno que estilos posteriores (he aquí otro motivo de que guste hoy en día). De todas formas, la idea del gótico era elevar las naves cuanto fuera posible, incluso mucho más allá de lo que pareciera humanamente posible.

    Y hay ejemplos que, hoy en día dejan sin aliento (la catedral de Colonia es impresionante, la de Saint-Étienne en Bourges, ¡uff!) y es asombroso el bagaje de adelantos técnicos que esta meta llevó a desarrollar, de los cuales el arco ojival y los arbotantes son solo la punta del iceberg.

    Sin embargo, a pesar de que las encuentro bellísimas, siento que, en el fondo, son producto de una brabuconada heredada de la del zigurat de Babel (de la cual son también secuela, torres inútiles como la de Eiffel, y posteriormente los rascacielos; y habría que meter por ahí pirámides y obeliscos; los chinos tenían veleidades más horizontales). Y creo, junto a San Bernardo, que el románico es más capaz de una iniciación verdadera que el iniciático gótico.

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  13. es cierto, zeta, lo que dice, nunca había pensado en el gótico como una primera manifestación del modernismo, o de la modernidad. No en vano los románticos son los primeros en recuperarlo.

    Ahora bien, la posibilidad de ver al gótico como modernidad temprana, no estará teñida de lo que nos queda todavía de resaca romántica?

    Vi muchas catedrales góticas por suerte y coincido con ud. en que no existe nada comparable al ingreso a la casa de Dios. Estas eran góticas normandas, es decir sin aguja y con la torre cuadrada.

    Pero leyéndolo me di cuenta de que nunca entré a una iglesia románica y me lamento. Hay alguna iglesia neo románica en Montevideo, aunque sea para tener una idea?

    Se me ocurre que algo parecido podría ser la evangélica alemana, en Durazno y Blanes, es un recinto reducido y hermoso con un vitral central de jesus esperando a que lo vengan a buscar que se me caen las lágrimas de recordarlo.

    Otra experiencia religiosa: una vez tuve que entrar solo y de noche a Nuestro señor de la paciencia, en Cerrito y Solís, atravesarla toda y subir hasta el coro a buscar algo que me habia olvidado. Indescriptible, aterrador, total.

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  14. Espero que tu pedido se haya visto deteriorado. Si prometo, cumplo y por eso aquí estoy!

    Un abrazo
    Sil

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  15. Definitivamente! El romanticismo tiene mucho que ver, astllr. Acepto.
    En cuanto a neo románico en Montevideano, no tengo (y dudo que haya; ni siquiera sé si existe tal cosa en algún lugar; ¿quién va a gastar plata en hacer algo así?).

    No me va a creer, pero me pasó algo muy parecido en la iglesia de los Carmelitas. Aterrador. E inolvidable.

    Sil, las puertas siempre están abiertas (debo decir las ventanas, supongo).
    Si quiere le podemos poner un poco de música.
    (Mire que no me pasa inadvertido que su cariño mengua. En su anterior opinión nos dejó besos, y ahora, un abrazo.)

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  16. Sos muy buen observador y por demás detallista. No dejes que mi cariño mengüe porque entonces estarás perdido.
    Ah!! Tanto respeto me quiebra!!

    Besos y abrazos
    Sil

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  17. ¿quién dijo que un abrazo es menos afectuoso que un beso?

    hasta los besos pueden ser traidores.

    Yo, por mi parte, opino (sin que nadie me pregunte) que el abrazo es gesto universal de afecto.

    Pues un abrazo no se le niega a nadie.

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  18. No es tan fácil cuando el cuerpo no digiere, no es algo mental, es físico. No puedo comer normal y subir de peso como la gente normal =(

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Si la curiosité t'amene ici, va-t-en! Il en est temps encore.