«Profundo y funerario, así es el metro. Profundo por lo hondo y funerario por la parte de ataúd que a cada vagón le toca. Juana Virreina González estornuda sin escrúpulos sobre las nucas de los viajeros y casi nunca se disculpa. Yo me apeo en Cibeles. Podría también apearme en Retiro pero no lo hago. Decir «me apeo» suena fatal. Yo me bajo en Cibeles. Cibeles creo que era una santa antigua que ardió en una hoguera con una teta fuera. La martirizaron los moros. Los moros, de toda la vida, han estado idos de olla y sueltos de polla. Voy andando paseo del Prado abajo y cuando paso por la fuente de Apolo le hecho un lapo de refilón y siempre se queda flotando entre la porquería de la superficie. Yo empecé dedicándome al guardaespaldismo nada más terminar la mili en el Ferrol del Caudillo. Necesitaba peleas y me valí de lo cachas que me había puesto el ejército. Te estoy hablando de los principios de la vigilancia jurada, cuando sólo cogían a los más bestias, no como ahora, que te hacen mil y pico tests de personalidad y luego acaban quedándose con el ramo de los más blandos. A mí me reclutaron echando leches en una de las primeras empresas que apareció en España. Había un directivo que les decía a los clientes que sus chicos eran dobermanes que no pensaban, que no tenían por qué hacerlo, que sólo actuaban para impedir la comisión de los delitos. Se llamaba Wilhelm Gimeno Sabatini y llevaba en las pupilas el mirar marmóreo de los desahuciados. Alguien me contó que se lo papearon las hienas en el Camerún, pero vete tú a saber si es verdad lo que va por ahí diciendo la peña. Yo en la mili jamás, te lo juro, Losorujos, pensé que me fuese a pasar la vida cogiendo el metro. Allí conducía camiones de tropa y llevaba a los soldados de maniobras a las cuatro de la madrugada. me tomaba un carajillo y a tomar por culo el sueño. A mí el llevar uniforme siempre me ha parecido algo muy elegante. El uniforme expresa hacia afuera lo que uno lleva por dentro, la hombría, la jerarquía y el mando. En esta vida hay que mandar. El que no manda no mama. Es el que no llora, pero yo digo el que no manda y me quedo tan ancho. Yo digo lo que me da la gana, que conste, Losorujos, y tú vas y lo escribes. La gente de paisano envidia en secreto a los que gastamos uniformes, y se nos quedan mirando de reojo. Los cocineros también usan uniforme y sin embargo casi nadie les mira, quizá sea porque ellos se pasan la vida en los fogones, a espaldas del público, lavándose las manos en las sopas que otros comen, igual que hacía Pilatos.
Me está empezando a despuntar la barriga, y el cansancio de los años ya me cuelga de los músculos como si me colgase de las orejas; deformante. Cada día que pasa el futuro está más cerca y yo me voy dando cuenta de que tengo que hacer algo para dar un salto higiénico por encima de la mierda que me envuelve. Mis cuarenta años son cuarenta estaciones, cuarenta paradas de metro mal limpiadas que configuran la envergadura de mi existencia.»
Fernando Royuela
El prado de los Monstruos
¿Ha paseado usted por El Prado?, seguramente. Yo lo tengo lejos, me gustaría. Debe ser inevitable imaginar un Jimmi Cruz, jadeando ante los cuadros. Me gusta la propuesta de Royuela, aunque algunas expresiones me resultan demasiado ajenas.
ResponderEliminarBuena lectura, Zeta
Gracias por ser tan riguroso. No así con tu identidad ni con tu lugar ni con tus partes blandas del alma. Yo igual te agrego a la lista de mis blogs de visita diaria. Siempre viste.
ResponderEliminarAbrazo
Roberto
Que buen texto, es la laconica mirada a una realidad que tarde o temprano nos va a alcanzar, en mayor o menor medida de una actitud diligente.
ResponderEliminar"En esta vida hay que mandar. El que no manda no mama..." Una frase acorde para este personaje tan corto de mente. Será que la vida es vista solamente como un campo de batallas en el que sobreviven aquellos que pisan primero y más fuerte? Será que no es posible observar este mundo de otra forma y que todo tiene que tener el sello indiscutible del poder. Poder por ser militar, poder sobre las cosas cuando conocemos sus nombres...?
ResponderEliminarExisten otras interpretaciones, otras formas de manifestarse, de verse.
El perfil del personaje hace que se me venga a la memoria: "El hábito hace al monje" y una vez más comprendo que no siempre es verdad.
Saludos
Sil
Jimmy Cruz exhibe al reflexionar por boca ajena sobre un entorno urbano que le resulta desolador, y constituye la vida del personaje empleado por un oscuro periodista, verdadero transcriptor de la novela, sutilmente se van contraponiendo las apariencias y realidades de una sociedad desquiciada e hipócrita, que se muestra desbordada por sus propias contradicciones.
ResponderEliminarNo sé que le parecerá a usted ZETA este fragmento de texto. Me parece un tanto arriesgado emitir mi opinión sin conocer la suya, pero, dicen que "el mundo es de los valientes" y yo nunca me "escaqueo" (españolísima).
ResponderEliminarNo me gustó. Le soy honesta, no me gustó. Me recuerda a otro escritor que relata parecido y tampoco me gusta. A tal punto no me gusta, que no puedo recordar su nombre.
El personaje es lacónico en su descripción de lo que ve y de su existir. Desapasionado, frío, falto de vida. Chato, chatísimo, limitado en su análisis.
Me aburrió leerlo, tanto como me produjo lástima su insignificante vida. Me pregunto muchas veces... si un autor pretende realmente trasnmitir esto, si la reacción buscada es la abulia... ¿para qué tomarse el tiempo y el trabajo de dibujar un personaje tan gris?
Brillante.
ResponderEliminar"En esta vida hay que mandar." Si no mandás, sos mandado. No existen los términos medios. Una verdad evidente para cualquiera que no tenga un velo sobre los ojos. Lo que pasa es que para poder controlar a la plebe hay que convencerla de que sólo los seres inferiores quieren autoridad y poder.
"La gente de paisano envidia en secreto a los que gastamos uniformes, y se nos quedan mirando de reojo."
Otra verdad si consideramos al uniforme como un símbolo de poder. El que no manda envidia al que manda. Los esclavos son seres incompletos, que se quedaron a mitad de camino en la evolución.
Sabía que esa frase le iba a gustar Candelaria.
ResponderEliminarPor lo demás, estoy de acuerdo con Sil. Esa frase dibuja con un solo trazo preciso a Jimmy Cruz (que es el personaje que monologa), quien, como indica mi Reggis querida dicta a Losorujos su visión del mundo (Reggis está tentada de inscribirse en una competencia para leer un libro por semana, mínimo; no lo ha confesado, pero yo lo adivino;).
El personaje, también coincido con Sil, es nefasto. De lo peor que se puede encontrar. Un peligro (y la novela lo demuestra con creces). A mí el que me impresiona, más que nada es Losorujos. Porque Royuela tiene todo el libro para mostrar a Jimmy Cruz, pero Losorujos, que está ahí y se presta a las barbaridades de Cruz es un enigma que, a mi juicio, trasciende un mero artefacto literario.
No he andado por El Prado, Su. Tampoco yo. Pero no estoy seguro de querer ir mucho.
Lo único, Cherri, que el escritor tiene prohibido es aburrir al lector. A su lector; al que él le está hablando. Puede crear un personaje grisísimo, chatísimo, pero no por eso aburrir. (No es el caso, tampoco, de Jimmy Cruz, que si bien moral y éticamente asusta, es un personaje con mucho relieve -aunque no se aprecie en este párrafo-). Supongo que no sos el lector que Royuela tenía en mente, españolísima Cherri. Me encanta que vengas cada tanto a aburrirte con nosotros. Hay algo en eso.
(Master, no se amargue, es ud. un hombre joven, aún.)
Te agradezco, Roberto querido, que, igual, me hayas agregado a tu lista de blog. Nos estaremos viendo por allá.
Zeta, esto parece cada vez más un taller literario. Estoy por abrir uno en San Isidro. El lugar es importante, al menos si te interesa que venga gente de categoría y buen nivel.
ResponderEliminarSabés que estuve buscando El domínico blanco y está agotado en Buenos Aires. Alguien solidario sabría decirme donde puedo encontrarlo sin necesidad de hacer una excursión a la zona pobre de la ciudad?
Usted perdóneme ZETA, pero no podía dejar de decirlo. Que le vamos a hacer!
ResponderEliminarLeerlo lo leo siempre, aunque muchas veces me mantenga anónima por diversas razones. En algún caso, se ha debido a que no he leído tal o cuál obra y si el fragmento no me resulta significativo, intento no emitir una opinión desde el desconocimiento.
Pero hoy me atreví a opinar, a pesar de tampoco haber leído a Royuela, porque cuando acabé el fragmento no quedaron dudas de que jamás lo voy a leer. Y es muy raro que eso me ocurra.
Está clarísimo que no soy el lector que él imaginó para su texto, ya que ni yo misma me encuentro allí comodamente.
Pero no ha respondido a mi pregunta. ¿Que es un libro que no deje entrever cierto grado de pasión, que solo espolvorea las hojas con desidia? ¿Que es un lector desapasionado y apático?
"¡Es el Tedio !- Anegado de un llanto involuntario,
Imagina cadalsos, mientras fuma su yerba.
Lector, tú bien conoces al delicado monstruo,
-¡Hipócrita lector -mi prójimo-, mi hermano!"
Besitos!
Ya lo ve, Cherri, no es poco lo que consiguió Royuela je:)
ResponderEliminarCreo que cualquier cosa hecha sin pasión es una mierda. Sea un libro, o una pasta frola.
Hay muchos libros hechos sin pasión. En inglés les dicen Best Sellers. (Pero esto es un poco injusto, a veces). Hay una cita bíblica (nunca me acuerdo de las citas bíblicas, la que sabe es Eunice, pero no voy a abusar más de su buena disposición; créame que la hay) en la que Jesús habla pestes de los tibios y yo siempre me imaginé que se refería a aquellos que no tienen la llamita de la pasión ardiendo en el pecho.
«El prado de los monstruos» me parece un libro escrito con mucha pasión, Cherri. Y la mirada de Jimmy Cruz hace reír tanto como asusta, a lo largo de todo el libro.
Le voy a contar mi opinión sobre los escritores. Es muy difícil escribir. Es una tarea muy exigente. Una profesión solitaria. Desolada. No creo que exista un escritor apático. Es un oxímoron (que ud. acaba de hacerme notar, once again).
Y un lector apático vendría a ser algo así como un burócrata sentado ante la pila de expedientes (¿dije pila o pira?).
¿Qué es el Tedio?
¿Dónde habita?
¿De qué se nutre?
¿Con qué se mata a ese hijodeputa?
En tanto que aprendo todo esto voy a pensar si te perdono.
Jahey me enseñó esto hace poco (es de Cortázar)
¿Qué hace un autor con la gente vulgar, absolutamente vulgar, cómo ponerla ante sus lectores y cómo volverla interesante? Es imposible dejarla siempre fuera de la ficción, pues la gente vulgar es en todos los momentos la llave y el punto esencial en la cadena de asuntos humanos; si la suprimimos se pierde toda probabilidad de verdad
Mal puedo asesorarla yo, Candelaria, que ando buscando hace bastante El Angel de la ventana de Occidente. Quizás deba atreverme, algún día, a salir de aquí y animarme hasta los barrios de gente rica. Pero me resultan letalmente soporíferos.
Zeta, no me digas que sos de la parte pobre de la city! De dónde? Qué raro que no tengas una buena librería cerca. Al menos en los barrios soporíferos no tenemos ese problema.
ResponderEliminarSí... es una tarea de lo más solitaria. Una vida solitaria diría yo. Y calculo que escribirán con pasión... pero siempre pueden trasladarla? He aquí el tema.
ResponderEliminarDe todas maneras algo me quedó dando vueltas y me voy a elucubrarlo jeje.
Después de una corta reflexión regreso.
Si somos dioses burlones... y se nos cumplen los deseos... no sabe cuántas cosas pediría!
¡Que intuitivo eres! Jajajajajajaja……y no será un libro por semana, serán dos o tres.
ResponderEliminarMe uniré a la corriente novelaromanitalianos o a los bibliomaniacos.
O mejor aún. Propongo una nueva patología llamada Síndrome del Lector Compulsivo, que se definiría así:
“Sensación grave de angustia que sufren ciertos lectores por su imposibilidad de hacerse a la idea de que el tiempo que les queda de vida es insuficiente para leer todo lo que pretende”
¡Salud!
Bueno, gracias a Zeta y a todos los intervinientes; yo sólo puedo decir que El prado de los montruos, al igual que el resto de mis libros, está escrito con muchísima pasión.
ResponderEliminarAbrazos
Fernando Royuela
Por Dios, Fernando. No sabía que eras amigo de Zeta. Tampoco me hubiera imaginado que todavía estabas vivo.
ResponderEliminarEs una idea excelente, Cherri. (Imagino, sí, cuántas cosas pedirías. Pero no sé si te las aprobaría todas.)
ResponderEliminarInteresante síndrome Reggis. He oído algo. Si le parece podemos aggiornar la definición:
“Sensación grave de angustia que sufren ciertos lectores por su imposibilidad de hacerse a la idea de que se editan nuevos títulos a una velocidad mayor de los que ellos consiguen acabar con uno”
Que sorpresa Fernando. No lo esperaba por aquí, pero ya que se ha acercado hasta este tugurio squatter (como se dijo no ha mucho) quédese, díganos algo más. Háblenos de Losorujos, recomiéndenos algún otro de sus libros; o un libro ajeno. Vístanos el taller, Fernando. Critíquenos. Déjenos un consejo, o una advertencia, para los que desean dedicarse a intentar el aprendizaje de la escritura. O lo que le parezca.
ResponderEliminarAy jaja, si. Buenos Aires ahora será mi casa tanto como Santiago. Soy de las dos. =)
ResponderEliminarLa verdad es que tienes razó con respecto a las canciones de Sabina, un trovador ilimato sin duda, pero siempre hay creaciones mejores que otras. musicalmente esa canción no me pega mucho, pero pasa que es la que mejor expresa la necesidad de entrega que tengo y lo que soy capaz de hacer por este chico (bah, no puedo decir chico, es la costumbre, hombre). Con esto me doy cuenta de que jamás me había enamorado como mujer, que jamás había hecho el amor hasta que se derribaron los muros que nos separaban.. en fin, una vorágine de buenas vibras y cosas lindas por las que vale la pena mirar hacia delante y superar todas las estupideces que me atormentaban jajaja
Flores!
Jajaja, tú crees? la verdad eso es algo que pocos me han dicho, aunque no creo que Burton tubiese un personaje medio hippie en sus producciones jajaja. Me siento halagada, muchas gracias una vez más por el comentario, siempre sales con algo interesante =P Me gusta eso. Debe ser por los ojos grandes, no? jaja.
ResponderEliminarFlores palomo!
No conozco a Royuela (me alegra que no tenga nada que ver con "Rayuela") y solo puedo decir que el pasaje es muy bueno.
ResponderEliminarEl lenguaje bastante idiosincratico no me resulta un obstaculo, salvo al final cuando dice "la envergadura de mi existencia". Un escritor rioplatense habria evitado por todos los medios decir tal cosa.
Aunque no se si el autor es consciente del doble sentido, ahora que releo, siendo que previamente nos habla de unas cuarenta paradas, ni mas ni menos.
Esto por supuesto es un problema de la lectura y no de la escritura. Salud.
En boca de J+ " la envergadura de mi existencia" es toda una poética vital: verga+dura+existencia
ResponderEliminarNo sé por qué un esritor rioplatense habría evitado por todos los medios escribir algo así. El lenguaje está para usarlo, para arrastrarlo por la página, para exprimirlo, para servirse de él.
Zeta,
Desengañate; Losorujos es sólo una técnica narrativa que me sirvió para dar voz a J+
Si te apetece leer algo mío te sugeriría La mala muerte o El rombo de Michaelis, el último libro que acabo de sacar.
Candelaria,
Yo tampoco imaginaba que siguiera vivo. Debe ser que salgo de la tumba para el día del orgullo zombi.
Beso descarnado
Royuela
tiene razon, royuela
ResponderEliminarCon el J+ me convenciste, Fernando, que sos vos.
ResponderEliminarMás allá de que el fuera consciente o no del doble sentido, astllr (no me lo había preguntado, lo admito) confieso que yo sí acabé la cita allí adrede. Si yo fuera un escritor rioplatense no evitaría en absoluto esas expresiones (no las buscaría tampoco, pero me haría tan feliz encontrarlas...). Pero me hizo reírr mucho con el comentario, astllr.
Y, a propósito de intencionalidades, Fernando, lamento ser yo, amigo, a quien le a tocado desengañarlo: Losorujos está ahí, y es un personaje de la novela. Nos queda claro cual fue tu intención, viejo, pero es así, las buenas obras trascienden a sus autores de un modo fatídico. Los hace vehículos.
Además, por lo que aclaras, Losorujos te ha cogido con la guardia baja; ni pensabas que existiera. Ha de haber más de ti allí de lo que crees.
Ha sido un gusto conocerlo, amigo Fernando; procuraré los libros recomendados. Y venga cuando quiera -el próximo día el orgullo zombie- a hacer lo que más guste. Habrá notado que aquí cada cual dice lo que se le canta, venga a cuento o no. Y eso nos agrada. Abrimos las 24 hs.
Pensaba contar di con El prado de los monstruos en la balnearia ciudad de Atlántida -que ostenta un nombre, a mi juicio, imprudente para estar tan cerca del mar- pero no voy a decir más.
Por eso decia que era mas un problema de la lectura que de la escritura. La ironia rioplatense, los dobles, triples y cuadruples sentidos, son casi un circulo infernal.
ResponderEliminarUna vez desatada es imparable, se retroalimenta practicamente sola, es un viaje al infinito que, en mi caso, me distrae del asunto.
Entonces si, por supuesto, el escritor tiene todo el derecho a exprimir el lenguaje hasta el hartazgo, para eso esta y no creo que se resienta en nada su naturaleza.
Pero supongo que el lector tiene todo el derecho a que no lo distraigan de una historia, por lo menos a senialarlo si alguien le da la oportunidad.
En particular me interesa la literatura que me hace olvidar de que alguien esta escribiendo. En mi caso busco aquellos autores que desestiman toda huella o gesto autoral en el texto, como si entendieran que en realidad es algo vivo y ajeno a el (o a ella)apenas ha levantado los dedos del teclado.
El prado de los monstruos es un título engañoso, porque por la cita que aparece en el blog, no me imagino que haya ningún prado donde pululen Frankenstein, Drácula, La Momia o Nyarlathotep.
ResponderEliminarSiempre me sentí un poco estafado cuando los escritores serios 'afanan' títulos legítimos para libros clase B.
Capaz que me pueden aclarar el tema. :-)
Royu, no es por discriminar pero no te podés imaginar el asco que le tengo a los gusanos.
ResponderEliminarA mi me pasa lo mismo que a vos, Asti, por eso estoy leyendo la última de Harry Potter.
Tiene ud. sokon una idea de monstruo un tanto... ...bueno...un tanto.
ResponderEliminarY candelaria, compórtese, tráteme bien a los escritores invitados, mhija.
Estoy de acuerdo 100% astllr. Más le digo, creo que es una prueba necesaria para saber si se están ante un escritor de verdad (que se olvide su presencia digo).
ResponderEliminarEstá bien, pero que los cadáveres no me manden besos.
ResponderEliminarSí. Es justo.
ResponderEliminarVamos a ver que nos dice la RAE de la palabra monstruo.
ResponderEliminarmonstruo.
(Del lat. monstrum, con infl. de monstruoso).
1. m. Producción contra el orden regular de la naturaleza.
(No aplica para el fragmento que citaste, ya que el personaje-narrador está producido por la naturaleza; un monstruo en este sentido sería, en todo caso Hannibal Lecter, D, F o N).
2. m. Ser fantástico que causa espanto.
(D, F o N)
3. m. Cosa excesivamente grande o extraordinaria en cualquier línea.
(Habría que leer la novela, pero pareciera que el personaje era sobre todo muy ordinario, muy común).
4. m. Persona o cosa muy fea.
5. m. Persona muy cruel y perversa.
6. m. coloq. Persona de extraordinarias cualidades para desempeñar una actividad determinada.
(Capaz que estos criterios si aplican, pero vienen más abajo de los otros; recién la 4ta acepción).
7. m. Versos sin sentido que el maestro compositor escribe para indicar al libretista dónde ha de colocar el acento en los cantables.
(Esto si que no aplica tampoco).
Mi criterio sobre monstruos y la afición de los escritores serios de tomar títulos más adecuados al pulp para sus novelas se mantiene. :-)
Esto me lleva a una segunda pregunta ¿por qué los escritores serios no escriben de lo sobrenatural o lo fantástico? No puedo concebir un escritor que trate temas sobrenaturales que salga premio nóbel de literatura. Ojo, no estoy hablando de que crea en lo que escribe, sino simplemente que use temas fantásticos.
Hay una excepción, Haruki Murakami.
Bueno, ve sokon, la segunda pregunta ya está mejor formulada. Pero me parece que sí escriben. Supongo que los escritores de lo fantástico que todos conocemos, son escritores serios. El resto, pasan.
ResponderEliminarLo aprecio mucho, sokon, pero sacar el diccionario es una estrategia pésima. Kane nunca lo hubiera hecho. Es de desesperado.
Y Murakami, un mostro.
Y, ya sabe Z, yo soy muy inseguro: preciso que una organización (en este caso la RAE) me avale.
ResponderEliminarAlgo me disculpa, y es que Caine (o Kane) tenía la órden Shaolín, y quizá hubiera citado a algún pensador chino pero atribuyéndose la idea a sí mismo, como hacía en la serie. ;-)
Yo pienso incluso que un lector debería poder ir a alguna clase de servicio al consumidor y solicitar que le devuelvan la plata cuando termina de leer una novela y en ella no aparece lo que dice en su título.
Algo similar le ocurrió a Bart Simpson cuando fue -junto a Nelson y a Millhouse- a ver Naked Lunch.
En cuanto a su respuesta, apelando a una variante literaria del principio antrópico no va a zafar.
En cuanto a Murakami, es correcto, es un monstruo por lo menos en las acepciones 3 y 6. ¿Que tal si arma un post sobre este escritor?
Sabe, es una verdadera pena que los escritores 'serios' rechacen ciertos temas. Salvo contadas excepciones. Pero son esas excepciones las que, precisamente, me hacen lamentarlo. Pienso, por ejemplo, en 'Nocturno' de Joyce Carol Oates.
No lo tengo a Nocturno.
ResponderEliminarY de entre mientras puedo ofrecerle a Kawabata que estuvo hace unos meses por acá.
Te entiendo perfectamente lo del injusto menosprecio de la literatura fantástica.
También entiendo el menosprecio, y creo que un poco radica en lo que dice más arriba que dijo Jahey que dijo Cortázar.
Para que no se sienta solo como consumidor defraudado, le cuento que acabo de tomar una cocacola y todavía estoy esperando la chispa de la vida. (había que tomar una aspirina también?)
Creo que la mayoria de los escritores menosprecian el genero fantastico porque lo consideran demasiado facil. Personalmente lo considero demasiado dificil.
ResponderEliminarTambien es un genero de dificil delimitacion, contaminado por eso que se ha llamado realismo magico por un lado y compitiendo con la ciencia ficcion por el otro.
No se escribe literatura fantastica porque las editoriales dicen lo que hay que escribir y los escritores se someten voluntariamente.
Por motivos misteriosos, las editoriales (espaniolas principalmente, con toda su influencia inconcebible en Hispanoamerica) han decidido que lo que vende es el testimonio y la novela historica.
O sea que no solo la literatura fantastica esta muy lejos de ser cultivada con alegria sino que la ficcion como tal se ve con desprecio.
Un mal titulo es algo muy prometedor en una novela. Desconfio enormemente de los buenos titulos. En general generan expectativas que nunca se cumplen.
Z:
ResponderEliminarIna. No cola, ina. Eso trae la chispa de la vida. Lo que pasa es que dura muy poco, y después es horrible. Lo leí en algun libro de Bret Easton Ellis.
Nocturno se lo busco, debe andar por internet.
Kawabata, lo recuerdo, sobre el maestro de ajedrez chino. Este planteo suyo me hace pensar ¿se suicidará Murakami?
astllr:
Coincido plenamente con lo que ud. dice. Esto es un mal augurio. Quizá quieras reconsiderar tu opinión. :-)
Royuela dice: “cuarenta paradas de metro mal limpiadas que configuran la envergadura de mi existencia.”
ResponderEliminarZeta dice: “que yo sí acabé la cita allí adrede.”
Astllr dice: “La ironia rioplatense, los dobles, triples y cuadruples sentidos, son casi un circulo infernal"”
- Toda la razón, astllr.
Sokon m dice: “no me imagino que haya ningún prado donde pululen Frankenstein, Drácula, La Momia o Nyarlathotep”
- Eso no habla mal del título del libro, sino de su imaginación.
Candearia: cuente... Harry muere o no?
por último: el día del orgullo zombie, seguro, segurísimo se celebra en el Prado de los Monstruos.
Todavía no lo terminé, Circe. Pero matar a Harry Potter sería una verdadera estupidez. Salvo que lo resucite en un próximo libro. Nadie mata a la gallina de los huevos de oro, a no ser que estés muy muy loco y muy muy mal asesorado.
ResponderEliminarCirce:
ResponderEliminarGracias por su comentario sobre mi imaginación.
El problema que describí me pasa continuamente. Recientemente me puse a leer un librito que se llama Juntacadáveres y todavía no ha aparecido ningún enterrador.
Supongo que en el futuro no deberé ser tan confiado y dejaré de comprar libros solamente por su título, para cuidar así mejor de mi dinero.
circe, habia observado el pasaje de zeta que menciona, asi como "te habia cogido con la guardia baja".
ResponderEliminarsokon m, si no se imagina un prado con esos personajes, agarre cualquier tarde por fernandez crespo para arriba y me cuenta.
Terrorífico: Frankenstein Plancha, Dracula el Dos Dientes, y especialmente Azathoth, ciego sordo e idiota tocando sus tambores en el centro del caos.
ResponderEliminar¿Juntacadáveres?
ResponderEliminarLo de Harry, supongo que el título es elocuente al respecto de su pregunta Circe.
El título es muy importante. Tiene que atraer y dar una clave para otra lectura de la obra.
"culaquier tarde por fernández crespo"
ResponderEliminarqué comentario y qué respuesta.
La monstruosidad no sólo reside en la cara, la ropa o condición social, etimados.
Miren el retrato de Dorian Grey, no a Dorian Grey.
¿En que reside la monstruosidad para ud, querida niña? Por favor, ilustrenos con su experiencia.
ResponderEliminarDe veras me interesa saber.
Jodido, Z, jodido. Un libro donde no hay enterradores, que se llame Juntacadáveres. Tremenda estafa, no le parece?
ResponderEliminarSi yo fuera el autor me pasaría los últimos años de mi vida en exilio voluntario, sin salir de mi cama.
Sigo perdiendo la plata por dejarme llevar y comprar los libros por el título.
Aclararé que Astllr tiene toda una larga serie de experiencias con criaturas monstruosas y seductoras por la calle Fernández Crespo. Está todo registrado en Mentira este lamento linkeado en este blog.
ResponderEliminarY, sokon, lea el astillero.
Lo leí a los 14. ;-)
ResponderEliminarPensaba leerlo de nuevo, por la mitad de Juntacadáveres, esto es justo cuando Onetti lo escribió. Pero lo cierto es que preferí seguir el órden cronológico de la historia.
Lo se, soy tan convencional.