miércoles, 8 de abril de 2009

Todo el horror que se pudo hallar


El Umbral de las Tinieblas

Carlos María Federici

Hay entre los cuentos de H. P. Lovecraft uno que, durante varios años, fue mi preferido: «Los sueños de la casa de la bruja.». Federici se ganó mi corazón desde que puso en escena un perturbador ajedrez con espantosas piezas y el vértigo de una geometría equívoca en su tablero. Con esta sencilla utilería convocó y superó el horror que me inspirara el referido cuento de Lovecraft.
Y mientras hacía todo esto, se las ingenió para que este ajedrez se erigiera en símbolo de toda la novela, y quintaesencia de cada posible argumento de horror sobrenatural o ciencia ficción (supongo que hay una diferencia, por ahí entre ambas categorías).

«El Umbral de las tinieblas» de Carlos María Federici es una obra casi imprescindible. Y el adverbio “casi” tiene aquí dimensiones considerables.

¿Qué me impulsa a calificar así esta novela folletinesca?
En primer lugar que la obra está orgullosa de ser un género menor cuya finalidad principal es recreativa.

En segundo término, el autor constituye un loable compendio de Horror Sobrenatural, incluyendo absolutamente todos –racismo incluido– los elementos tradicionales del género, incorporados a un única trama. Decir “incorporados” nos es del todo justo con Federici. Pero es necesario, pues a pesar del notorio esfuerzo del autor, en muchas partes se ven las hilachas con que están pegados los remiendos, y la amalgama de argumentos se vuelve artificial.

Tercero: más de una vez me he inclinado a creer que no existe una literatura Oriental (de la República Oriental, aclaro, por si alguien vive en algún rincón distante), y así lo afirmo a veces. Hay, sin embargo, un puñado de escritores, muy pocos, dos o tres, que me hacen dudar. Federici conjuró ese sentimiento, al igual que Fábregat Cúneo y Felisberto Hernández.

Por fuerza me parece interesante, entonces, la obra, en pos de esa quintaesencia que llamo uruguayez literaria, y que persigo, sólo por ociosa curiosidad, cuando pinta; con la esporádica esperanza de encontrar en ella una punta de la uruguayez total, y dar, con tal consecución, un paso hacia la comprensión del ser humano.

Y por último –no puedo escatimarle esto– en varios pasajes Federici consigue superar y complementar a los maestros del recurso que utiliza. No es posible dar muchos ejemplos sin adelantar la trama de la novela, pero sí puedo mencionar algún ejemplo de Lovecraft.
En este sentido, Federici consigue dar sustancia concreta a una cantidad de adjetivos que Lovecraft utiliza con eficacia inmejorable, pero que dejan, a lo largo de las páginas, una sensación de liviandad, de recurso abusado. No es posible apelar constantemente a lo inefable de la realidad narrada, pues si es así, mejor sería dejar la literatura y dedicarse a otras artesanías. Federici da sustancia a ese horror. Un ejemplo pequeño:

“Me dio la espalda y reemprendió el descenso. Por fin alcanzamos el tramo final de la escalera. Un hedor denso y dulzón, con sugerencias de larvas y descomposición, me sacudió hasta la náusea.”

Hay incluso una escena aludiendo a la necrofagia que HPL convocara con tanta frecuencia, donde el horror es llevado a su cima con maestría por la mano del autor. Es la cita que sigue. Pueden saltarla y retomar la lectura más abajo, en el caso de que tengan pensado leerla directamente en el texto original, tan difícil de encontrar hoy en día (en el siniestro formato de libro prohibido, claro, pues hay otras opciones). Un ejemplo más grande:

“Me aventuré con el barón en su interior. Tuve que taparme la nariz con el pañuelo, pues aquí la fetidez ya resultaba insoportable. Nada podría sobrevivir en un ambiente semejante; ni siquiera cucarachas o ratas.

Por eso mismo, me dije, aquello debió haber estado a salvo...; y no obstante no había sido así.

–¡Dios del ...! –barboté, bajo el pañuelo.

A la luz incierta del farol del barón, la momia de Elizabeth Bathory recataba parte de su horror. Aquella carne endurecida mediante algún método desconocido, aquellos rasgos alterados hasta una imprecisión entre lo horrible y lo grotesco, se hundían en el compasivo velo de la semipenumbra. Los colgajos de ropa que aún subsistían habían perdido casi por completo el color; sin embargo, pude distinguir el escudo nobiliario, aunque muy vagamente, en uno de los harapos.

Entonces el barón, implacable, se aproximó con la luz en alto. Estiró el brazo para alcanzar el detalle más espantoso de todos con la despiadada revelación lumínica.

–¿Quería ver? ¡Vea, entonces!

Grité.
Lamento verme precisado a confesarlo; sé que no fue muy masculino y mucho menos propio de mi carácter, pero no pude contenerlo. ¡Aquello sobrepasaba todos los límites del horror más obsceno!

Porque en el momificado cadáver se veían sectores descarnados donde afloraba el hueso desnudo; y no cabía duda de que eso se debía a alguna razón infernal..., que no me atrevía a encarar abiertamente, aunque algo la proclamaba en lo más profundo de mí.
–Mi abuelo –oí decir a la voz grave del barón–. Larios Bathory..., ¡el necrófago!”

Al final encuentro aquí un Cthulhu, aunque ficticio, más espeluznante que las alucinadas atmósferas de Lovecraft. ¿Debo buscar allí los rastros esquivos de la Orientalidad?

24 comentarios:

  1. Sokón, querido, lo encontré usado en La Feria del Libro. Y lo que más me sorprendió es que la tapa tuviera algo parecido al cuadro de Munch que ilustrara la cita de Castillo, dos escalones más abajo.

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  2. Z, querido. Muchas gracias por poner este artículo acá.

    Me hace muy feliz, de veras.

    Cuando yo leí este libro de CMF tenía 14 años y no sabía nada de HPL ni de la baronesa Bathory. Busqué algunas referencias en una enciclopedia. Encontré unas y no otras. Lo leí convencido de la existencia del Necronomicón, con un status similar al Corán o la Biblia. Me despertaba por las noches con escalofríos y con un sentimiento de horror cósmico absoluto. :-)

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  3. Si si si. Eso pasa sokón. Al principio uno se piensa que Necronomicón es un libro real. A mí me sucedió lo mismo.
    Me llevó un tiempo darme cuenta de que es una ficción.
    Recién mucho tiempo después me di cuenta que no lo era.
    Pero más tiempo aún me llevó darme cuenta de que al final de cuentas, sí es real.
    A la baronesa no la tenía. Y seguía sin tenerla hasta que ahora ud. me la hace notar.

    Feria del Libro.
    -No. No conozco el autor. A ver un momento. Luis! Luis! (es un alias) ¿conocés las Tinieblas de Frederik?

    -Federici. No es Frederik. El Umbral de las Tinieblas.

    -Federici, Luis...

    -Si, claro. Lo conozco. Viene acá.

    Busca busca busca busca, y encuentra uno usado, que tiene en la contratapa una foto del autor y una reseña de la novela, que comienza diciendo: "Cuando el novelista Héctor Poletti vio alterada su plácida existencia por un inesperado Nobel..."
    Y entonces el primero que me había atendido mira la foto, y dice (sic): Ah peroaestehombreloconozco! viene acá! no sabía que era premio nobel... Poletti.

    Esteeeee... (le digo, no?) me parece que es Federici ese. Poletti debe ser un personaje.

    No No No. Viene acá...

    Ok. Chauuuu

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  4. Se acuerda, sokón, de lo que hablamos de la posmodernidad?
    A Federici le pasa eso, creo. HPL trata estos temas con una seriedad, que sería ridícula en Federici, y el tipo -conciente o inconcientemente- lo encara con un tono burlón, que es la única forma de hacer hoy en día, creo.

    Al menos hasta que yo escriba la novela que usted me pidió.
    (je, es chiste, claro)

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  5. Parece implicar que no está del todo afín al tono burlón, a la guiñada al lector, del estilo postmoderno.

    El problema del terror ahora es como volver a asustar.

    Hay un camino a recorrer por el lado del pastiche, como hizo notablemente Federici.

    Otro es por el lado de la novela engaño. Uno piensa que está leyendo una novela de vampiros y resulta ser otra cosa (p.e. The Keep de F.Paul Wilson, una de las mejores cosas del género que he leído; le llevo mi copia para que pueda leerla, sin apuro).

    Otro es apelando al hiperrealismo. Kurosawa (no Akira, el otro) lo hizo bastante bien con Pulse. Pero hoy en día el terror asiático también está gastado.

    Siempre se puede volver a las fuentes y violar los tabúes originales. Rara vez en esos casos el producto final sea algo de miedo, sino una historia con personajes salidos de novelas de miedo (p.e. Let the Right One In).

    Una opción no del todo gastada y con lindos resultados es tomar un elemento de horror y contarlo en un contexto original (Event Horizon, o Sauna; The Keep también entra acá).

    Clive Barker ha hecho varias cosas interesantes y honestas, a medio camino entre el horror y la poesía.

    Le confieso auténtico interés por leer esa novela que va a escribir (aunque no lo sepa aún). :-)

    Quizá el asunto esté por el lado de hilar bien fino en la emoción del miedo, mirar de cerca, ver al microscopio los átomos que forman las moléculas del miedo, y profundizar en las leyes que rigen las reacciones 'químicas' del miedo. Para encontrar los huecos. Los lugares inexplorados. Los rincones que aún están oscuros.

    A modo anecótico, recuerde mi Dedo en el Pastel. Hay veces que sueño laberintos dentro de edificios donde el diablo anda suelto.

    Quizá, en esta época donde las religiones han perdido mucha fuerza sea difícil escribir un buen cuento de miedo.

    Leyó La habitación de la torre, de un tal Benson? Y Los Geezenstaks, de Fredric Brown?

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  6. Microscopio en un sentido genérico del término, no el sentido habitual, el instrumento para mirar células, etc. :-)

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  7. Al contrario sokón, estoy muy afín. Creo que ese tono burlón es la única forma de encarar una novela que aspira a contener todos los elementos de horror literario.

    Generalmente esos intentos no pasan de ser una parodia (hay muchas películas pésimas que intentan juntar vampiros, licántropos, fantasmas, y que la única forma que sus autores consiguen hacerlo es como comedias baratas).

    Federici logra una verdadera novela de horror. Tener tantos monstruos hace que uno no se pueda tomar muy en serio toda la historia (más allá del horror puntual que causan algunas escenas). Hay que decir también que sobre el final Federici se ocupa de dar sentido a todo esto, de hacerlo hasta "creíble", dentro de las leyes del universo de la obra; pero lamentablemente ese giro no alcanza la fuerza suficiente para iluminar con nueva luz todas las páginas que habíamos leído en clave de parodia.

    El Horror, sokón, quizás, es el opuesto a la Comedia. Y no la Tragedia como decían (sin ningún asidero, a mi juicio), los griegos viejos.

    En ese sentido, el Horror es cultural, es local. Al igual que la Comedia. Quizás recuerde un post que hice al respecto en el blog de Rodia. La Tragedia va a la esencia del ser humano. Pero el horror (igual que la comedia) no. Entonces, la fórmula para el horror, sokón, depende totalmente del público al que vaya dirigido. Hay ideas que me gustan mucho allí (sobre todo esa de cómo funciona el miedo). Pero cómo fórmulas genéricas (sin un público de referencia) no es posible saber cuál es o no eficaz.

    ¿Me va a prestar The Keep? (¿cuándo? ¿dónde? iuuupiiiii)

    Les cuento también que Carlos María Federici me ha pasado el siguiente link
    http://urumelb.tripod.com/autores/fedirici/index.htm
    Es una página llevada adelante por compatriotas residentes en Melbourne, donde pueden encontrar textos de su autoría.

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  8. Me gustaría hacerle notar que el escritor ideal lo traicionó. O por lo menos así me lo parece. Relea su comentario anterior para ver si no está implicando querer escribir con la seriedad de HPL en contraposición al guiño de CMF. :-)

    Comprendo perfectamente lo que hizo CMF en cuanto a la forma tan ingeniosa (ver final de la novela) de amalgamar cuanto ícono del terror hubiera suelto por allí, incluso los menos conocidos. Y coincido en ver un inmenso valor en esto.

    Acabo de recuperarlo. Le presto The Keep cuando ud. quiera, cuando asome la cara por alguna picada budoka por ejemplo. :-)

    Está cortando grueso con esas afirmaciones categóricas sobre la universalidad de la tragedia y no la del horror. A priori, se me ocurren dos ejemplos que pueden ponerlo en dificultades. El primero, el éxito de las películas de horror asiáticas en occidente. El segundo, el orígen del horror en los sueños. Me remito a Lo siniestro de Sigmund Freud (pun intended).

    Mi idea no es plantear una fórmula. Lamento si di a entender eso. Mi idea es señalar patrones que he observado. Por ejemplo, ahora estoy leyendo una novela, El juego de Ender, de Orson Scott Card. El patrón de la novela (y ya que estamos, de muchísima de la ficción, incluídas p.e. las series como 24) es la de plantear un objetivo y prohibir los requerimientos más evidentes para alcanzarlos.

    Estos patrones, si bien son claros, también son lo suficientemente genéricos como para hacer imposible seguirlos como una receta. Como cualquier cosa más o menos verdadera.

    Me gustaría mucho escuchar sus opiniones sobre lo cultural o lo universal de la tragedia, la comedia y el horror. Y también plantearle la objeción siguiente: en un mundo globalizado hay un mínimo común denomiador cultural el cual (aún si ud hubiera tenido razón antes de internet) podría utilizarse para llegar al horror.

    Gracias por el link. :-)

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  9. Hace tiempo que estoy buscando este libro y el de Fabregat Cúneo que me recomendó una vez. Ya tengo a varios libreros en la búsqueda.

    Una pregunta: el señor Federici vive? Vive en Montevideo?

    Con respecto a las diferencias entre horror sobrenatural y cf, sí, hay varias. Pero la cf nace, históricamente, de la novela de horror. Para muchos historiadores de la cf, la primera novela del género es Frankenstein.

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  10. Ah! qué curioso astllr. No leí Frankenstein, pero recuerdo haber ido al cine a ver la película en que Robert de Niro hace de monstruo. Estaba con Pèlerin y en un momento en que Frankenstein estaba haciendo unos experimentos y filosofando sobre la vida, me mira, divertido, y me dice: "ahhhh cómo te gustan estas cosas medio seudocientíficas".
    Y eso la ciencia ficción, ¿no? Una cosa medio seudocientífica.

    Sokón, dos cosas: en primer lugar, yo nunca falté a una picada budoka; en segundo lugar, el argumento de las películas asiáticas le juega en contra; son pésimas.

    En tercer lugar, voy a decirle que me interesó mucho lo de Freud. Voy a explorar ese camino. Me parece que puede ser muy interesante. De cualquier forma, sokón, tengo la sospecha que sí se puede llegar a lo universal del Horror, pero entonces, se transforma en Tragedia. Pero voy a investigar al respecto.

    También voy a tomar nota de todos los títulos que largó, así a la pasada, sokón. Usted es una autoridad en estos temas.

    Y en segundo lugar, lo de internet y la globalización no aplica completamente. Cuando hablo de un fenómeno local, me refiero a un continuo espaciotemporal. Las culturas cambian con el tiempo, y no hay internet que pueda evitar esto (aún). Las obras se quedan viejas. Y chau, se quedan viejas.
    Quizás en las novelas de horror (me está haciendo pensar que quizás hay) que no envejecen se pueda aprender algo sobre las células del horror.

    Astllr, claro que Federici vive. Al menos así era hace unos pocos días cuando me pasó el link que publiqué en un comment anterior. Y vive, creo, en Montevideo.

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  11. Z: pésimas serán las que ud. ha visto. :-)

    Le recomiendo Historia de dos hermanas, coreana. Muy muy prolija. La fotografía es bellísima. Tiene uno o dos momentos verdaderamente espectrales. Dark Waters (la original) también es notable, a uno le da miedo a la hora u hora y media de haberla visto. Kairo (aka Pulse, la del Kurosawa que mencionaba antes; la original, la remake es pésima). Hay otra de agua, Mizuchi, creo. No me acuerdo el título en español. Muy muy curiosa, uno termina preguntandose que pasó. Incluso Vampire Princess Miyu, un anime completamente espectral que no me animaba a mirar de noche antes de dormir. A la órden cualquiera de ellas.

    Y no faltó a niguna picada budoka porque no se hicieron. ;-)

    No compro del todo eso del continuo espaciotemporal para justificar que el horror sobrenatural es cultural y la tragedia universal. Si las novelas de horror sobrenatural se quedan viejas es porque las novelas se quedan viejas, pierden las referencias culturales y se hacen total o parcialmente incomprensibles. Pero entonces pasa lo mismo con las tragedias y con cualquier clase de cosa, no le parece?

    La primer mitad de Drácula (cuando Harker está en el castillo de Drácula) es de lo más espeluznante. Incluso hay un fragmento del viaje de Harker al castillo, omitido en la novela pero que circula por ahí en internet, que sigue siendo magnífico.

    Creo que el primer hombre lobo literario occidental aparece en El Satiricón.

    La tragedia y el horror sobrenatural son cosas totalmente distintas aunque a veces se confundan, al punto de que varias películas de horror se conviertan en tragedia porque esa es la salida fácil: la tragedia es más manejable, mas comprensible. O quizá porque en el auge del horror como manifestación literaria aparecía engarzado en tragedias (léase durante el Romanticismo). Pero esto no es forzosamente la única opción. Sinceramente creo esto.

    Leyó Supernatural Horror in Literature, de HPL?

    Astllr: No sabía que la cf salía de la novela de horror. Una interesante novedad.

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  12. En la librería Diomedes (sí) de Paullier y Bulevar España conseguí La casa de los cincuenta mil hermanos en perfectas condiciones y la de Federici de Yoea, todavía queda otra en muy buen estado. Empecé con Fabregat y me ha deslumbrado.

    Hay cf seudocientífica y hay científica. Muchos científicos se dedicaron a la especulación, lo cual no los hace seudiocientíficos a ellos sino aventuradores (Clarke, Asimov e incluso no científicos que especulan bien).

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  13. Sí, sí. Sokón. Es así mismo como usted lo dice. Pésimas son las que yo he visto. Además ni sé cómo se llaman. Y ni las terminé de ver. Y las escenas que tenían algo, me parecían hollywoodenses.
    Pero bueno, ya sabe sokón que tengo mucho cariño por sus opiniones y a usted le tengo mucho respeto y viceversa, así que recomiéndeme. Mire, con decirle que me bajé "Sauna". Sólo que no la pude ver porque no he podido hacer funcionar los subtítulos con el WMP. En fin. Recomiende nomás y preste si quiere. Jeee.

    Hay fetivamente un hombre lobo griego. Es Lycaon, según recuerdo decir a Dolina. Pero me parece que esa historia no está en el Satiricón, sino en las Metamorfosis de Ovidio. Estoy casi seguro, aunque tendría que verificarlo.

    Drácula es excelente. Le confieso que el pricipio de la historia de Federici me decepcionó un poco precisamente porque juzgué excesiva la similitud con el comienzo de Drácula. Le digo más, sokoncito, el texto que le pasé comencé a escribirlo luego de leer Drácula, por formales razones que saltan a la vista.

    Con respecto a la internet globalizadora, me he dado cuenta que me dejé arrastrar por el sofisma hábilmente construido por ud: que la cultura sea global no hace que el horror no sea cultural.
    De todas formas, me interesa que me convenza de que no es así. Es muy importante que lo haga, sokón. Y usted también astllr. Aunque en realidad no sé qué piensa al respecto.

    Y lo del drama, me parece bien interesante: ¿no cree que si de verdad llegara a aislar aquellas células -he intentado evitar la palabra partícula, pero sin éxito- las células del horror, decía; ese horror en estado puro debe ser tan terrible, que es lindante del drama?

    Astllr, me alegra mucho que le guste. ¿Le dijo al librero que usted escribió Diomedes, verdad? Si no, tiene que hacerlo la próxima vez que vaya.
    Convendremos, eso sí, que la ciencia ficción es cultural.

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  14. Bueno, yo estaba con mi esposa y le dije por lo bajo, palabras más palabras menos: "te prohibo que le preguntes porqué le puso Diomedes". Un segundo después le estaba preguntando. El tipo empezó "Los héroes Diómedes y Aquiles...".

    ¿Hay algo que no sea cultural? Todo puede ser visto desde la cultura, lamentablemente. Creo que hay una sobredimensión del enfoque cultural sobre todas las cosas y esto es nocivo para la vida práctica y cotidiana, de esto trato de hablar en mi blog.

    Al final no podemos ver las cosas en una medida más justa por una sucesión interminable de interpretaciones culturales que se superponen y nos alejan de la dimensión material del mundo.

    Sobre eso que se ha dado en llamar cultura global, no sé bién qué es ni cómo se mide. No existe una cultura total por más que haya unas más poderosas que otras, porque las menos poderosas siempre se las ingenian para expresarse en contextos de culturas dominantes (muchas veces tomando sus elementos) y ahí la cosa se pone interesante, un poco como ese hombre araña raquítico que se saca fotos con los niños en las plazas de mvd.

    Sobre la literatura de horror no puedo decir nada porque no la conozco y no es de mi interés. Pero si allí existe una rastro esquivo de la orientalidad, yo le diría más bien equívoco. De todas formas lo veo como un rasgo común de la literatura rioplatense, por lo menos la de principios de siglo XX y me viene a la cabeza la aterradora y fundacional selección de cuentos "Las fuerzas extrañas" de Leopoldo Lugones, por no hablar de su discípulo, el rioplatense Quiroga.

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  15. Z: Ya mismo le estoy armando un compilado con un par de bonitas películas de horror sobrenatural.

    Si es un hombre lobo griego, seguramente no sea el de Petronio. :-)

    Recapitulando sobre novelas epistolares, uno de mis cuentos favoritos de HPL es El que susurra en la oscuridad y también es, esencialmente, epistolar. Supongo que HPL también levantó de Drácula.

    En ese cuento las cartas son esenciales. Nunca se ve nada. Solamente se habla. El monstruo nunca aparece -por así decirlo- y no puede vérsele el cierre en el disfraz.

    Entiendo su objeción sobre mi argumento al que descalifica por sofisma. Noto, por el 'habilmente' que desliza por ahí que casi lo tuve convencido.

    El drama no es terrible. El drama es forma, la forma que produce catarsis. Es la 'elaboración' que dicen los psicólogos y psiquiatras. El horror es otra cosa. A veces se mete entre los recovecos de la forma y a veces, cuando desaparece, emerge el drama y la tragedia. Ud. debería saberlo, lo ha hecho en la Llanura.

    El horror es otra cosa totalmente distinta. Tiene una sustancia diferente. Como dice HPL, tiene más que ver con la locura que con la razón y la forma, por eso es terrible:

    Through the ghoul-guarded gateways of slumber,
    Past the wan-mooned abysses of night,
    I have lived o'er my lives without number,
    I have sounded all things with my sight;
    And I struggle and shriek ere the daybreak,
    being driven to madness with fright.

    (Algo extraño me sucedió cuando escribía esta estrofa y es que en el primer verso puse 'I have guarded the gateways of slumber').

    Que le parece tan terrible del drama? El drama es el laberinto, el horror es el caos.

    Clive Barker tiene que escribir novelas de 700 páginas para conjurar 5 o 6 momentos de horror. No es fácil aislarlo como ud. pretentende. Hay una película de la Hammer con Peter Cushing, creo, donde consiguen hacerlo. Bioy logra hacerlo en menos de 100 páginas con La invención de Morel. Fredric Brown lo consigue con limpieza en Los Geezenstaks que yo plagié en El Auto (si lo recuerda de una encarnación previa de FR).

    Una confesión: no se que significa cultura ni cultural. Pero desde ahora adopto las ideas que expresó astllr.

    Miren que curioso: HPL tituló su ensayo 'El horror sobrenatural EN la literatura' y no 'La literatura de horror'. Este título parece implicar que el horror se cuela en algunas obras de literatura. Y a algunas las inunda.

    Astllr: Felisberto tiene un cuento netamente lovecraftiano que se llama Menos Julia. Con mi tio Pepe jugábamos a algo parecido cuando yo era niño. Ya mismo voy a buscar 'Las Fuerzas Extrañas'.

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  16. ¿Pero le dijo o no le dijo quién era usted? No me vueltee astllr...

    Yo también voy a buscar esas fuerzas extrañas, y además voy a ver si tengo el cuento ese de Felisberto, sokón. (¿Qué es ese poema que nos comparte, sokón?)

    Yo creo que más bien el título del ensayo de Lovecraft tenía fines vindicatorios para la la literatura de horror. Decir literatura de horror sobrenatural, creo, implicaba rebajarla. Pero es un invento mío nomás. Igual es cierto que el ensayo habla más del horror sobrenatural que de la literatura (aunque usa ésta -la literatura- como vehículo).

    No sé si todo es cultural, astllr. Me gusta pensar que no. Que hay algo por debajo de lo cultural. Pero ese underlying-humankind se me confunde un poco con el universo lingüístico por ahora, debo confesarlo.

    (¿Sabía sokón que Federici se ha declarado consumidor de películas de la Hammer, igual que usted?)

    No sé qué le viene a la cabeza cuando digo drama. Pero sí, me parece terrible. Igual me dejó pensando con eso del laberinto y las formas y esas cosas. Voy a seguir pensándolo. Usted me estimula sokón.

    No es exactamente en el horror dónde veo rastros de la Orientalidad esquiva, astllr. Me refería a la sensación que tuve mientras leía la novela de Federici, de que esa obra era uruguaya. No sé si me explico. Pero no se debía a que el protagonista fuera uruguayo (montevideano). Es otra cosa que aún no consigo articular.

    Y estoy de acuerdo con usted en que uno no puede prescindir de su cultura aunque quisiera hacerlo. En ese sentido, la las culturas más pequeñas acaban influendo en la global. (Que, por mi parte, creo sobredimensionada.) (No es que descrea de la globalización, pero me parece un tanto exagerada toda esa movida.)

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  17. Sospecho, es más, tengo la certeza de que CMF está leyendo esto.

    Asi que aprovecho para contarle.

    Le quise escribir cuando era pibe, a los 15 años, pero no sabía donde localizarlo. Hasta mandé una carta al diario El País, pero nunca la respondieron.

    Quería contarle de como me inquietó muchísimo El Umbral de las Tinieblas. Como puse por ahí arriba, realmente creía que existía el Necronomicón como si fuera el Corán o la Biblia. Yo soy relativamente cristiano/católico, así que eso fue un shock terrible! Lo mismo que la idea -usando una imágen de su novela- de que la humanidad era como el agua que sale de un grifo abierto que usaron dos 'niños' para mojarse uno al otro y olvidaron cerrarlo.

    Recuerdo despertarme en mitad de la noche, y en medio de la negrura más absoluta, completamente aterrorizado por algo que solamente puedo describir como horror cósmico! A los 15 era un muchachito muy asustadizo... y no he cambiado mucho.

    Gracias a ud. descubrí a HPL. Y eventualmente me leí 2 biografías del hombre, todos sus cuentos y poemas, y 4 o 5 libros de cartas escogidas. En momentos bastante oscuros de mi vida, tenía en HPL un enorme refugio.

    Sabe, algún día capaz me gustaría que me autografiara el libro. Mi copia. Es un poco vieja y está ajada porque la presté más veces de las convenientes, pero sigue estando entre mis libros fundacionales. Los que fundaron mis gustos y quizá bastante de mi personalidad. Todavía sigue siendo una novela modelo a imitar.

    Es más, fui yo el que se la recomendó a Z. :-)

    Lo saluda respetuosamente,
    sokon m

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  18. Voy a seguir su recomendación Z.
    Nunca lei a Federici.

    A mi los relatos que mas me horrorizaban en mi niñez, eran los del Apocalipsis. Además pensar que efectivamente todo eso iba a pasar...
    Ahora me acostumbré más.
    Aunque suelo despertar en la madrugada y no volver a dormir.

    Y luego la divina comedia, ilustrada, por un famosísimo artísta, que no recuerdo. Sólo miraba las ilustraciones del infierno y me aterraba.

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  19. jk, sin ser un experto en las sagradas escrituras, tengo mis favoritos y de los otros. De los otros, el Apocalipisis ocupa el primer lugar, me parece un texto incomprensible, extremadamente confuso, creo que le metieron mano muchos autores distintos y no van para el mismo lado. Pero el que verdaderamente me aterra es Job. Aunque en realidad me aterra todo el antiguo testamento.

    z, efectivamente no le dije nada al dueño de la librería. Antes me coso la boca. Cultivo el perfil bajo de una ostra.

    Acabo de terminar La casa... de Fabregat Cúneo, una hermosa novela por muchos motivos. Me pareció ante todo modesta de una extraña forma, incluso en su derroche de erudición. El tipo sabe y esto le permite inventar muy bien.

    El humor es tan sutil todo el tiempo, la ironía tan delicada. Qué buen sentido del humor, por momentos reí a carcajadas, principalmente en ls dos últimos capítulos, la llegada del hindú tiene momentos desopilantes y lo eventualmente trágico del final de algún modo surge muy naturalmente de esa vida al pedo de todos esos tipos frustrados por una ciudad que sólo les ofrece desidida y delirios de grandeza.

    Me llama la atención, y creo que Ud. habla de esto, el manejo tan habilidoso de la ironía a partir de un conocimiento tan cercano de la teosofía y el esoterismo. ¿Cómo se puede reír tanto de algo que conoce tanto?

    La escritura es impecable y la técnica admirable. Esto quizá no gustó a los críticos de la época, más inclinados a las rupturas formales heredadas de las supersticiones de las vanguardias. Veo que el autor tiene además un ensayo "Sociedad y propaganda" que me interesa sobremanera.

    Mucho le agradezco la recomendación.

    Ahora estoy empezando con el señor Federici.

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  20. Sokón, me conmueve esa historia. Es un cuento típicamente ochentoso o noventoso.

    Lo que puedo decirle es que el título no es El Umbral de las tinieblas, sino simplemente Umbral de las tinieblas.

    Seguramente consiga que le autografíen esa copia del libro. ¿Está haciendo una colección de libros dedicados por sus autores, o me parece a mí?
    Le iba a contar algo al respecto pero no me acuerdo qué es.

    No había pensado en esa valoración que hace sobre los críticos de la época, astllr. Es interesante. Varias veces me pregunté sobre el por qué del escaso éxito de Fábregat. Y nunca llegué a una conclusión.

    Me interesa esa extraña modestia que menciona. Creo que por ahí viene la mano de lo que estoy buscando. Algo así como no tener grandes pretensiones... No sé. Aún no encuentro la formulación del conjuro.

    Ah jntkdvr, debe referirse a las ilustraciones de Gustave Doré, como ésta.
    Son buenas, sí.
    Tengo que leer mejor el Apocalípsis. Es una buena recomendación. Hace poco vi un documental al respecto que decía algo del estilo de: un libro como la Biblia no puede tener un final menos espectacular.

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  21. Z: En las tapas y lomos de mis ejemplares de UdlT, editado por La República en 1992, dice El Umbral. En la primera página del segundo tomo dice El umbral, pero, como ud. bien señala,

    CMF: también leí el otro libro suyo que publicó La República. La orilla Roja. Sigue asombrándome que Esther Gorio haya muerto vírgen.

    Mucho tiempo después compré Asesinato en el hotel de Baños, de Grompone. Inconcientemente, supongo, intenté volver a leer algo como La orilla Roja. Pero no, me sigo quedando con La orilla.

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  22. sigo... como ud. bien señala, Z, en la primer página del primer tomo, dice Umbral de las Tinieblas.

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  23. el tipo escribe bien, no es mi estilo pero escribe bien. Puede ser que haya cierto exceso en la adjetivación, pero en general me parece una escritura afectada que le sienta bien al género, un poco como las caras de pasmo de Vincent Price.

    Me parece que el tipo más que nada demuestra que domina el género, pero no creo que le agregue mucho o, por lo menos, no veo que se plantee ir más allá.

    En otras palabras, ¿por qué mierda no contó la misma historia en un caserón podrido del Reducto? Habría sido una novela de horror perfecta, le habría dado a la literatura nacional un mito maravilloso e indeleble. Pero entonces recurre a la inverosimilitud de un uruguayo premio nobel.

    No me convence mucho el estiramiento final en la ciencia ficción. Es demasiada información que desenfoca todo lo narrado hasta el momento. ¿Qué tiene que ver Stapledon en esto más que dar a entender que también domina estos territorios?

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  24. El caserón del Reducto es maravilloso, Ast. Hubiera sido bueno, sí.

    Sabe que el premio Nobel me chocó a mí también. Quizás sea una referencia a algo, vaya usted a saber. Es cierto que no se entiende qué aporta a la historia y además le quita verosimilitud (je, parece raro decir que un premio Nobel uruguayo le quita verosimilitud a una novela haitada por lobizones, vampiros, y todo tipo de fantasmagorías, pero creo que se entiende).
    Cuando leí la novela me quedé un pensando en la función del Nobel. Y lo único que se me ocurre es que era una forma de conseguir una televisación mundial. También funcionaba como nexo entre ese mundo allende la montaña y el mundo de este lado. Pero me queda la sensación de que se pueden hallar recursos mejores.

    Me parece que a Federici le ganó la forma. Se propuso escribir una novela que tocara todos los temas del horror literario y el cumplimiento de esa meta le hizo perder perspectiva en cuanto a que algunos de esos tópicos podían quedar afuera, como ser el castillo en Transilvania.
    Se sintió demasiado oriental y no se dio cuenta que un caserón podrido del Reducto es, para todo el mundo, tan "allende las montañas" como un castillo en Transilvania.

    Para que Umbral... fuera una novela que pudiera perdurar como tal tendría que prescindir de alguno de los tópicos. Pero su valor, precisamente, viene de no hacerlo. Quiero decir que discrepo con usted Ast, en lo siguiente: la novela sí viene a aportar al género; aporta un catálogo recursos tópicos de horror, y bastante bien tratados (o mal tratados si se pone usted muy fino) como para poder analizar de qué forma funciona cada uno. Son tantos que inevitablemente se les puede seguir los dobladillos y descoserlos un poco para ver cómo operan.

    Claro. Es como ver Nápoles. E dopo?

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